Hallan dos granadas de mano en un cargamento de patatas
Los artefactos son de la Segunda Guerra Mundial y proceden de Francia
Segundo susto en apenas quince días. Los operarios de una empresa de la capital, dedicada a la fabricación de patatas fritas, encontraron dos granadas de mano en un cargamento de estos tubérculos procedentes de Francia. Agentes de la Policía Nacional especialistas en la desactivación de explosivos (los tedax) hicieron estallar ambos explosivos, que posiblemente procedan de la Segunda Guerra Mundial. Es la segunda vez que realizan este sorprendente y peligroso hallazgo en las instalaciones de la fábrica, ubicada en el Parque Empresarial Nuevo Jaén.
El pasado 15 de abril, varios trabajadores manipulaban una partida de patatas en una máquina conocida como “quitapiedras” y que sirve para limpiar la mercancía. En la torva quedaron dos objetos esféricos, muy pesados y que guardan una gran semejanza con los tubérculos, tal y como explica una de las responsables de la empresa: “No sabíamos lo que era hasta que uno de los empleados miró en internet y dijo que podía ser una granada. La verdad es que nos asustamos mucho”, asegura.
No le faltaba razón. Los tedax comprobaron que las bombas —de fabricación alemana— estaban muy deterioradas, sobre todo en la parte de la espoleta. “Su manipulación hubiera sido altamente peligrosa”, explicó, entonces, la Comisaría. Los especialistas policiales inspeccionaron el resto del lote y no encontraron más granadas.
Sin embargo, el pasado martes por la noche, volvió a ocurrir. De nuevo, en la máquina “quitapiedras” se quedaron enganchadas dos granadas de mano. También estaban en muy mal estado. “Ya sabíamos lo que era, por lo que hicimos lo que nos había dicho la Policía, es decir, guardarlas en una caja de madera y desalojar la zona”, explica la empresaria. Tras avisar a la Comisaría, se volvió a activar el protocolo y los tedax procedieron a su explosión controlada en un paraje a las afueras de la ciudad.
Estas bombas llegaron con posterioridad a la empresa, en un nuevo pedido llegado desde Francia. De nuevo, la unidad de la Policía tuvo que inspeccionar con detectores de metales el resto de la partida. La empresa en cuestión nunca había comprado la materia prima fuera de España en los más de cincuenta años de historia que tiene. Sin embargo, la variedad “patata aire”, que es la que se utiliza esta fábrica, está agotada en el país, por lo que el proveedor habitual, una empresa de Albacete, les ofreció mercancía cosechada en Francia. Estos lotes proceden de “una amplia región” en el país galo en el que se desarrollaron varias batallas de la Segunda Guerra Mundial. Lógicamente, la Policía ha puesto en marcha un dispositivo de seguridad para inspeccionar las instalaciones donde se almacenan las partidas de patata sospechosas. También han comunicado la situación a las autoridades francesas, para que intensifiquen los controles “sobre el terreno”. “Esperemos que ya no vuelva a ocurrir”, concluye la responsable de la fábrica de la capital.