“Hubo un ruido y lo achaqué a un robo, pero todo temblaba”

Una fotógrafa ubetense vive el seísmo de México D. F. y ofrece su casa, en Coyoacán, para quien necesite ayuda

21 sep 2017 / 10:03 H.

Hanna Quevedo Romero hacía algo tan prosaico y mexicano como preparar una quesadilla. Eran las una y cuarto de la tarde del martes y esta fotógrafa ubetense estaba tranquila en su condominio de la Plaza Conchita, a diez minutos de la casa de Frida Kahlo, en el barrio de Coyoacán de México D. F. Notó algo extraño. “Escuché un ruido y pensé que habían entrado para robar. Me asomé y descubrí que se movía todo. Mi reacción fue la de guardar la cámara, el escáner y el resto del equipo y salir para fuera”, relata. Descubrió que era un terremoto. “No sé si el del 6,8 o el 7,1”, precisa, aunque da igual, lo cierto es que, aunque tuvo suerte, su vivienda de dos plantas se quedó en pie, una grieta diagonal, con cuatro dedos de ancho, recorre su salón. Eso y todo por el suelo de su casa.

“Estuve sin luz e incomunicada. Ya de noche, vi con mi pareja vídeos de lo que había ocurrido y comprobamos que realmente fue horrible en otras partes de la ciudad”, explica. De todos modos, en su barrio, al sureste de la gigantesca urbe mexicana, con diez millones de habitantes, hubo “suerte”. Eso no quita que lo ocurrido le haga reflexionar en los motivos. “Aquí se dice que las cosas son muy chafas, hay edificios en los que la gente roba materiales de construcción y puede morir gente por eso”, razona. Nerviosa, dice, que no asustada, ofrece su casa para cualquiera que lo puede necesitar. Ella está bien y tiene que ayudar ante esta catástrofe, con decenas de muertos y una gran destrucción.