Investigado por los daños en el yacimiento de Cerro Maquiz
La UJA denunció los destrozos causados por unas obras de riego sin permiso
La Guardia Civil de Jaén acaba de concluir la investigación por los graves daños ocasionados ocasionados en el Cerro Maquiz de Mengíbar. El pasado mes de marzo, expertos de la Universidad de Jaén denunciaron que unas obras de riego realizadas en la zona habían causado “destrozos irreparables” en ese yacimiento, donde se encuentran los restos arqueológicos de la antigua ciudad romana de Iliturgi, una de las más importantes de la Península. Descubierto a finales del siglo XIX, atesora los vestigios de unas termas, un templo —el único romano excavado en la provincia—, tramos de calzada y una plaza pública o foro. Tras varios meses de pesquisas, el Seprona de la Comandancia de Jaén ha llevado ante la Justicia, en calidad de investigado por un delito contra el patrimonio histórico, al propietario de los terrenos en los que se encuentra el yacimiento, que fue también el promotor de las obras de riego.
Esos trabajos consistieron en la realización de unos catorce kilómetros de zanjas para instalar un sistema de riego en una parcela de olivar. Según las investigaciones, las obras se hicieron sin los permisos ni la vigilancia necesarias, destruyendo buena parte de los restos de la antigua ciudad fortificada. En concreto, la apertura de las zanjas destrozó sillares y materiales cerámicos procedentes de un templo romano o de las termas.
En el marco de esta operación, que se ha desarrollado durante los últimos nueve meses, la Guardia Civil ha intervenido, igualmente, numerosas piezas de gran envergadura que, presuntamente, habrían sido expoliadas del yacimiento. Al parecer, se encontraban guardadas en uno de las residencias del investigado.
Las fuentes judiciales consultadas explican que la familia del propietario de la finca coleccionaba, de forma legal, diversos restos arqueológicos que habían sido recogidos a lo largo de los años de su finca. Se trata de vestigios de cuyo descubrimiento se había dado parte a la autoridad competente en la materia. De hecho, esas piezas estaban inventariadas y perfectamente catalogadas.
No obstante, en el marco de la investigación por los destrozos en el yacimiento, los agentes del Seprona descubrieron que había algunas piezas “sospechosas”. ¿Por qué? Porque no aparecían en el catálogo previo y su presumible hallazgo no había sido comunicado a la Junta de Andalucía, que es la administración que tiene las competencias en la materia. Por ello, esas piedras, que podrían pertenecer a conjuntos funerarios de época romana, han sido decomisadas. Especialistas de la Universidad de Jaén ya han comenzado a estudiarlas para emitir un informe que permita aclarar su procedencia.
Hay que recordar que fue el Instituto de Arqueología Ibérica, dependiente de la institución académica, el que presentó la denuncia por los daños ante la Guardia Civil. Los expertos universitarios tenían previsto realizar excavaciones en el yacimiento, en virtud de un acuerdo de colaboración suscrito con el Ayuntamiento de Mengíbar. Fue, entonces, cuando descubrieron que las zanjas de las obras de riego habían arrasado los restos arqueológicos. Catalogaron lo sucedido como una de las agresiones más graves al patrimonio histórico de Jaén.
Es la segunda gran investigación de este tipo desarrollada por el Seprona de la Comandancia de Jaén en los últimos meses. A finales del año pasado, la Guardia Civil concluyó la denominada operación “Alfaíbero”. Hubo seis detenidos y se recuperaron casi 750 piezas arqueológicas “de gran valor”. Entre las piezas más valiosas se encuentra una tablilla aplomada íbera, “única en el mundo”, datada entre el siglo III y el I antes de Cristo, y que lleva grabada la escritura originaria autóctona más antigua de la Península. El juez del caso ha pedido a un experto un informe para certificar su autenticidad.