Los ingenieros jiennenses se abren camino en el extranjero
Paro era una palabra desconocida para los ingenieros hasta hace pocos años. Antes de salir de la facultad, prácticamente, las empresas se acercaban hasta ellos para contratarlos. Eran, también, los tiempos de la “fiebre del ladrillo” y de las “vacas gordas” de las administraciones, que no dudaban en alzar edificios y crear infraestructuras en busca, normalmente, de votos para futuras elecciones, de apoyos puntuales.
Ahora el panorama es radicalmente diferente. Con la obra pública parada —aunque con leves visos de arrancar este año— y la privada esperando deshacerse, aún, del stock, los jóvenes de este sector se ven en la tesitura de mirar hacia fuera para conseguir el trabajo de sus sueños. El Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Jaén, presidido por Ramón Carpena, afirma que, al cierre del año 2014, el desempleo en el colectivo llegaba al 19%. Un porcentaje que es sensiblemente menor al de otros oficios y trabajos, pero que, con todo, resulta insostenible. Hacer las maletas se presenta como una oportunidad para ver mundo y enriquecer el currículo de los recién formados. Aunque sea de manera temporal y con la idea casi perenne de regresar a casa en cuanto la situación mejore y el mercado laboral se recupere del “coma” en el que está inmerso desde hace más de un lustro.
Carpena revela que, de los 252 colegiados jiennenses, “entre 25 y 30” profesionales, en su mayoría jóvenes o treintañeros, se encuentran ejerciendo su profesión en el extranjero. Esto es, más del 10% de las personas que conforman el colectivo han hecho ya las maletas. “Tenemos a gente ubicada en Guatemala, en Rumanía, en Panamá, en Perú, en Argelia o en Alemania, por poner solo unos cuantos ejemplos”, declara el presidente colegial.
No todos los ingenieros inician su andadura internacional del mismo modo. Unos, los más afortunados, quizá, salen de la provincia y de tierras españolas con un trabajo ya firmado, sea con una empresa del país de origen o de destino. Otros, con ganas de aventura o empujados por el pobre panorama laboral que los rodea, se desplazan sin tener ningún contrato firmado y comienzan la búsqueda de empleo “in situ”, aunque en unas condiciones mucho más favorables, en principio, que en España y, especialmente, en Jaén.
Por último, existe una tercera vía de internacionalización de los ingenieros: la del emprendedor, el que crea una empresa fuera, en un territorio necesitado de infraestructuras y con una economía boyante o, cuando menos, alejada de la atenazante crisis mediterránea. En este caso se encuentra con barreras idiomáticas o burocráticas pero, también, notables ventajas respecto a la persona que decide montar un negocio en España. Algunos jiennenses, huyendo del desempleo en la provincia, han logrado, incluso, crear puestos de trabajo en el extranjero con la creación de empresas propias y comienzan a “importar” mano de obra, empleados que son, en ocasiones, antiguos compañeros de estudios.
asociación. Los ingenieros jiennenses celebraron el pasado diciembre, como múltiples gremios y colectivos, una comida de Navidad con la que estrechar lazos y compartir experiencias. A la cita acudieron varios de esos jóvenes profesionales que se hallan en “tierra extraña”, como reza la copla, y allí surgió una idea. La de crear un grupo en el seno del colegio —y futura asociación— llamado Camineros de Jaén por el Mundo. “Hay muchos ingenieros fuera y, tristemente, serán cada vez más, porque, aparte, la gente que sale fuera acaba tirando de otra una vez establecida”, explica Carpena.
“Camineros” tiene ya un presidente —José Calles—, el resto de la junta directiva y unos objetivos claros. “En primer lugar, proporcionar asesoramiento y orientación profesional, en el marco internacional, a los jóvenes que se marchen al extranjero para trabajar con una compañía española, o bien a los que salgan en busca de un trabajo en el país de destino”, revela Ramón Carpena.
La asociación será, también, punto de encuentro en el que sus miembros tendrán la oportunidad de “compartir experiencias e “inquietudes profesionales” y culturales, tal y como hicieron, de manera puntual, en Navidad. “Poco tiene que ver el que trabaja en Lima con el que lo hace en Dubai”, apunta el presidente colegial. Ahí radicará, precisamente, el “enriquecimiento” de este espacio común de profesionales. El grupo servirá, asimismo, para mantener un vínculo constante con Jaén.