China ya sabe hacer el aceite

China ya sabe hacer aceite de oliva. El primer virgen extra 100% chino se llama Aoilio. Hasta ahora, se envasaba allí después de la exportación o llegaba, directamente, en las botellas para abastecer el mercado.

17 feb 2015 / 11:40 H.

Sin embargo, Aoilio se ha elaborado después de molturar aceitunas de unos olivares superintensivos que se plantaron hace cuatro años.
China lleva desde 1965 intentando elaborar zumo de aceituna, pero hasta ahora no lo había conseguido —con una cosecha significativa—. Además, ha sido gracias a la labor de empresas jiennenses, que se han encargado de asesorar a los agricultores en cuestiones agronómicas y, también, respecto a la tecnología de la almazara.
El director gerente de GEA Westfalia Separator Ibérica, Juan Vilar Hernández, es el experto asesor del consorcio. Acaba de visitar los olivares de las provincias de Gansu, Shaanxi y Sichuan, que es donde se ubican las primeras plantaciones, que tienen árboles de las variedades arbequina, arbosana y coroneiki. “Han hecho un aceite bastante bueno. No creo que sea una amenaza para el sector oleícola jiennense. Más bien, lo considero una oportunidad. China cuenta con el 15% de la población mundial. Si conseguimos que su población se haga consumidora, no tendremos aceite suficiente en el mundo para abastecer este mercado”, afirma Juan Vilar. De ahí que tiene claro que una de las mejores maneras de ganar consumidores se basa en que se familiaricen con el producto y que, incluso, aprendan a cultivarlo. Por eso, quizá podría ser un “caballo de Troya” para conseguir entrar con fuerza en este país.  
Existe un consorcio formado por un fondo de inversión asiático, el Gobierno chino, e infinidad de agricultores —cada ciudadano cuenta con la quinta parte de una hectárea como superficie de cultivo—. Se han sembrado 70 hectáreas, como explotación piloto, con un plan con un horizonte de dos décadas, que proyecta poner del orden de 1.000 hectáreas por año hasta llegar a las 22.000.
El fondo de inversión explotará las tierras por 70 años en calidad de arrendatario. Igualmente, se obliga a emplear a los titulares, los cuales, por su parte, y dado el tamaño de las pequeñísimas explotaciones, tienen que cooperar entre ellos uniendo sus fincas para crear solo una de superior tamaño, lo cual las hace más competitivas. El Gobierno coordina a todos los entes e instituciones implicadas, incluidos los asesores agronómicos.