Bailes de “novias” por la igualdad
Un grupo de mujeres caracterizadas de novias ensayaban, a capela, la versión feminista de “Como yo te amo”: el estribillo viró en un recurrente “me amo” cuando faltaban minutos para la hora convocada, las doce del mediodía.
Minutos antes, una menor que paseaba por la Plaza de la Concordia le dijo a su madre: “¿Sabes que hoy (por ayer) es el Día de la Mujer?” Era, en efecto, la jornada del 8 de marzo. Una más en la capital con idéntico mensaje que en años anteriores: la brecha salarial entre hombres y féminas aleja la idea —y la conquista— de la igualdad. Los retrocesos sociales, en palabras de la Comisión por la Igualdad y contra la Violencia de Género, suponen aún más obstáculos.
“Espectacular”, dijo la delegada del Gobierno andaluz, Purificación Gálvez, al ver, “in situ”, uno de los ensayos musicales de las mujeres que iban vestidas de novias. Aún no había empezado la manifestación. “Somos de diferentes colectivos de Jaén”, señaló una de ellas. Seis tambores del grupo Sambiosis “dirigieron” a decenas de personas hasta la Plaza Santa María. Detrás había varias pancartas con leyendas como “La lucha por la igualdad continúa”. Banderas del PSOE, de IU y de CC OO —con sus respectivos representantes provinciales— estuvieron presentes a lo largo del recorrido, que se desarrolló sin incidencias.
Mujeres de la Marea Violeta realizaron una “perfomance” con la Catedral como fondo, ya en los instantes finales de la jornada. Se tituló “La boda de mi mejor amiga: Yo”. Francisca Muñoz Pancorbo, que lució su vestido blanco de novia, leyó un manifiesto que se posicionaba ante varios asuntos: rechazos al anteproyecto de ley de la custodia compartida, a la reforma de la Administración local y a la Lomce.
“Recomiendo a las emprendedoras que tengan mucha ilusión y que se valoren”
“Ilusión”. Ese es el ingrediente estrella en la receta de emprendedoras como Montse Vidal de la Rosa, una barcelonesa afincada en la capital desde hace catorce años y que ya lleva dos al frente de su propio salón de peluquería y estilismo, situado en el número 8 de la calle Millán de Priego. Lo llamó con sus iniciales y apellido, “M. V. De la Rosa”.
“En esta vida o te espabilas, o te quedas atrás”, anima la mujer. “Mi experiencia ha sido maravillosa: los principios, el empezar de cero, siempre es duro, pero ahora estoy contentísima con mi salón y mi cartera de clientas”, relata la empresaria, que tiene a su cargo a dos empleadas. “Sí, estamos tres mujeres en el negocio”, resalta Vidal de la Rosa, que también remarca la importancia de tratar a la clientela “como si fuera un regalo” y a la plantilla como una familia, porque el equipo de profesionales es el que logra que el salón crezca cada vez más, incluso en tiempos tan complicados. “Va en alza, con nuevos clientes, sin perder a los de siempre”, cuenta.
La empresaria, que empezó a trabajar “a los dieciocho años”, lanza un mensaje a las mujeres que quieran crear un negocio. “Valorarte a ti misma, en primer lugar, y a los que están contigo. Mirar hacia delante y tener muchísimas ganas de empezar algo nuevo”, concluye la mujer. [A. H.]