Apenas el 10% de los divorcios concluye en custodia compartida
La sentencia del Tribunal Supremo que, tras casi dos años de batalla legal, ha dado la razón a Javier García Merino, un padre jiennense que ha logrado la custodia compartida que se le negó, en Jaén, en Primera Instancia y en la Audiencia Provincial, deja al descubierto las renuencias con las que los magistrados aplican la jurisprudencia del Alto Tribunal. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de las 701 sentencias de divorcio que se firmaron el año pasado, en Jaén, solo un 9,7% concluyó con resoluciones de guarda y custodia compartida de los hijos. La media porcentual en Andalucía se situó en el 10,5%.
Estos porcentajes contrastan con los que arrojan Valencia (30,6%), Castellón (39,8%) o Alicante (29,5%). ¿A qué se debe? “A que, en la Comunidad Valenciana, existe una Ley espectacular de relaciones parentales en la que prima la custodia compartida”, explica, desde la Asociación Jiennense de Padres y Madres por la Custodia Compartida, un padre que no se atreve a dar su nombre por miedo a que esto pueda perjudicarle en el pulso judicial que libra para lograr lo que ha conseguido García Merino con una sentencia del Supremo pionera en esta provincia.
Para el colectivo, el fallo es alentador. “Le recuerda a la Audiencia que, desde 2013, la custodia compartida tiene que ser la norma general y no la excepción”, destacan las mismas fuentes, que lamentan que los jueces “pasan olímpicamente de la jurisprudencia del Supremo y actúan como en una República Bananera” y valoran que la sentencia de García Merino es un “rapapolvos”. No obstante, hace tiempo, que la Audiencia tendría que haberse sentido llamada al orden. Según el fiscal de Familia de Jaén, Cristóbal Fábrega, custodia compartía debería ser “la regla”, y lo defiende con un argumento: “Si la sociedad acepta la participación de ambos progenitores en la crianza de los hijos y así está recogido en el Código Civil, esa obligatoriedad no debe desaparecer en los tribunales porque haya conflicto entre los padres. Hay que ser congruente”.
Reivindicación de una ley que instaure la corresponsabilidad como algo natural
En la Asociación Jiennense de Padres y Madres por la Custodia Compartida la decepción con los partidos políticos es manifiesta. “Se guían por el cómputo de votos”, se quejan. Son muchas las expectativas que se habían alentado con el proyecto de corresponsabilidad parental que había impulsado el que fuera ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y que retomó Rafael Catalá. Pero, en la recta final del mandato, desde el colectivo lamentan que todo ha quedado en nada. “No se ha hecho nada porque no ha dado tiempo”, señala el fiscal de Familia de Jaén, Cristóbal Fábrega. Pero aunque no haya dado tiempo, subraya: “El Supremo ya ha dicho hasta la saciedad que la custodia compartida es la tendencia que hay que seguir”.
Frustrados por la respuesta política, desde la Asociación Jiennense de Padres y Madres por la Custodia Compartida no tiran la toalla. Ya no llaman a las puertas de los partidos. Desde hace un tiempo, mantienen una campaña en la que escriben cartas “a todas” las audiencias provinciales y juzgados de primera instancia con los fallos que dicta el Tribunal Supremo. El objetivo es que “se pongan las pilas”. Que acepten que la tendencia es la custodia compartida; que —como esgrimía el Alto Tribunal en la sentencia con la que ha revocado la resolución de la Audiencia Provincial que denegó este sistema a Javier García Merino— “es lo deseable cuando sea posible” y no algo “excepcional que exige una acreditación especial”. En su caso, además, el fiscal de Familia recuerda que “era de libro”. “Un caso ejemplarizante” de buena relación con sus hijos y, además, con un “amplísimo régimen de visitas”. Por eso, evoca: “El primero que se quedó traspuesto con la sentencia fui yo, pero no pude hacer más”.