La Delegación de Agricultura empieza a aforar la aceituna

Ocho técnicos estudian 8.471 olivos para estimar la próxima cosecha oleícola

19 sep 2017 / 10:54 H.

La Delegación de Agricultura comienza a aforar la aceituna que hay en el campo para calcular la próxima cosecha de aceite de oliva. Cuatro equipos con ocho expertos ya están en el campo. Empezaron ayer y tardarán tres semanas en visitar 136 parcelas de la provincia. Luego, trasladarán la información a la Consejería de Agricultura para que, en función de un método estadístico —con rigor científico—, se realice el cálculo de cómo será la próxima cosecha de aceite de oliva. La cifra tiene un ligero margen de error y, hasta el momento, se erige como un instrumento eficaz para el mercado y en favor de la transparencia en las operaciones.

Los aforadores visitarán 136 parcelas de olivar. Allí seleccionarán 8.471 árboles, a los que les calcularán los kilos de aceitunas que tienen. De esta manera, conllevará establecer un cálculo sobre 6.938 hectáreas de olivar —tomando árboles de manera aleatoria— que será lo mismo que estimar la producción de 615.679 olivos, es decir, se estudiar 8.471 de unos grupos muy parecidos que equivalen a 615.679. No es sencillo elaborar el Aforo Oficial de Aceite de Oliva de la Consejería de Agricultura. En cambio, se trata de un sistema que está en marcha desde hace más de 30 años. Todo este tiempo ha servido para buscar 136 fincas que son representativas de la diversidad olivarera jiennense. Están situadas en todas las comarcas y contemplan cultivos tradicionales y otros más modernos, al igual que de secano y de regadío o de campiña y de montaña.

Los aforadores se reunieron ayer en el Instituto de Investigación y Formación Agraria “Venta del Llano” de Mengíbar. Se trata de un encuentro que sirve para resolver las dudas —si las hay, aunque siempre son los mismos y tienen la labor bien asimilada— y establecer el protocolo de coordinación para realizar el aforo.

Sin embargo, esta cita también se aprovecha para hacer un ejercicio para “calibrar” el cálculo. El Ifapa de Venta del Llano es un centro de investigación y dispone de olivos que se utilizan para los trabajos científicos. Allí se tomó uno de estos árboles. Los aforadores realizaron una estimación y la anotaron. Luego, se vareó el olivo y se pesó con el objetivo de ver si existían distorsiones entre los kilos de aceituna que habían estimado y los que realmente había. No suelen darse discrepancias significativas. Ahora, los cuatro equipos, que están compuestos por ocho expertos, se mueven por toda la provincia. Aforan por duplicado, es decir, estiman la cosecha de cada árbol cada uno por su cuenta y de ahí luego sale un valor, que es el que se considera más real que valdrá para conocer la estimación oficial de aceite para la próxima cosecha.

El difícil relevo de los aforadores

No es fácil encontrar a una persona que sea capaz de mirar un olivo y saber los kilos de aceituna que tiene colgados sobre sus ramas. En cambio, los ocho aforadores de la provincia lo hacen. Además, no es solo atinar con el fruto que hay en cada olivo, sino saber cuáles seleccionar en las fincas y encontrar un muestreo representativo para la provincia —algo que forma parte de la parte más científica del cálculo—. Por eso, cuando a alguno le llega la edad de la jubilación —algo que está ocurriendo—, el equipo gana un miembro. Los nuevos aforadores pasan una o dos campañas con los antiguos, que son los que les enseñan la técnica y las particularidades del cultivo para que no se equivoquen a la hora de hacer el cálculo y la cifra que ofrezcan sea lo más certera posible. Luego, al tercer año, ya se incorporan como un aforador más y sus cifras sirven para computar la cosecha de aceite de oliva.

El titular de la Consejería de Agricultura y Pesca suele presentar el aforo oficial de la cosecha durante la tercera semana de octubre. A partir de ahí, los operadores de mercado comienzan a trabajar con esa cifra como referencia para planificar la comercialización.