La Junta niega su culpa en el accidente de Álex y Natalia

Afirma que las vallas que protegían el precipicio eran adecuadas y cumplían la norma

16 abr 2016 / 10:27 H.

Hay un monolito en el barrio de El Almendral que recuerda a Alejandro Espinar y Natalia Barragán, la pareja de novios que falleció en un trágico accidente de tráfico ocurrido en la madrugada del 8 de febrero de 2014. Él tenía 20 años; ella apenas acababa de cumplir la mayoría de edad. El Renault Clío en el que ambos viajaban se despeñó al vacío por un precipicio existente en la carretera de Circunvalación, justo en la curva frente al cruce para subir al Castillo. Las vallas que protegían el barranco no retuvieron el coche que, según los atestados de la Policía Local, no iba a velocidad excesiva. Por eso, en noviembre de 2014, los padres de los jóvenes interpusieron una demanda de reclamación patrimonial ante la Junta de Andalucía al entender que esas protecciones no se ajustaban a la normativa vigente y eran insuficientes. “Eran de mantequilla, una chapuza que no fueron capaces de contener un coche pequeño, que iba a muy poca velocidad”, dijo, en su día, Sebastián Espinar, el padre de Álex en una entrevista a Diario JAÉN.

Sin embargo, las familias han recibido un jarro de agua fría. La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Fomento, ha rechazado la reclamación de los progenitores. Alega que las vallas constituyen “un sistema de alta contención”. Según la Administración autonómica, se utiliza “en tramos de carretera con velocidades máximas permitidas de 60 kilómetros por hora y con una intensidad máxima de vehículos entre 400 y 2000”. La Junta recuerda que el tramo donde se produjo el fatal accidente es urbano y, por lo tanto, limitado a 40 kilómetros por hora: “Podemos decir que el pretil colocado tiene un nivel de contención superior al recomendado”, dice, literalmente, la contestación que da la Consejería a la demanda. De ahí que la Administración haya desestimado la reclamación de los padres de Álex y Natalia y, por lo tanto, rechaza pagar la indemnización solicitada: “Para nosotros, el dinero no es lo importante. Obligatoriamente había que poner una cantidad y eso es lo que hicimos”, señaló Ángel Barragán, el padre de la joven.

Con la respuesta de la Junta, las familias tienen ante sí dos opciones: por un lado, dejar las cosas como están y aceptar la decisión; o, por otro, recurrir a los tribunales de Justicia, en concreto a la jurisdicción contenciosa-administrativa.

Un anónimo de un alto cargo. En los planes de los padres de Álex y Natalia no entraba hacer nada desde el punto de vista jurídico. Se conformaban con que había sido un accidente. Sin embargo, en abril de 2014, dos meses después del fatal percance, alguien les abrió los ojos. Sebastián Espinar recibió una carta con matasellos de Granada. Era un anónimo de alguien que se autodenominaba “Salvador de Dios”. La misiva, de dos folios, recordaba que la titularidad de la carretera pertenecía a la Junta y cómo está administración cambió el pretil de piedra que existía en esa zona por otro vallado “que no garantizaba el adecuado comportamiento en caso de impacto”. El anónimo daba todo tipo de detalles sobre los requisitos técnicos que debían tener las vallas homologadas y animaba a los padres a denunciar.

Eso es lo que hicieron los progenitores. Demandaron a la Junta de Andalucía por un anormal funcionamiento de un servicio público. En su escrito, explicaron que la zona contaba con un pretil de obra con la consistencia y las dimensiones adecuados. Sin embargo, fue sustituido entre 2005 y 2008, cuando la entonces Consejería de Obras Públicas realizó los trabajos de adecuación de la carretera. En su lugar puso un vallado metálico “a todas luces inconsistente para frenar el impacto de un vehículo”.

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08/02/2014. Álex y Natalia fallecen entre la 1:45 y las 2:30 de la madrugada. El coche en el que ambos viajan, conducido por el chico, se despeña desde una altura de 9 metros en un precipicio existente en la carretera de Circunvalación.

10/02/2014. El atestado de la Policía Local determina que el coche no iba a velocidad excesiva —unos 40 kilómetros por hora—, descarta que el vehículo sufriera una avería y pone de manifiesto que el conductor no había ingerido ni alcohol ni drogas.

10/04/2014. El padre de Álex recibe en su casa una carta anónima de alguien que se autodenomina “Salvador de Dios”. La misiva, de alguien que insinúa ser un alto cargo, les aconseja demandar a la Junta porque las vallas no estaban homologadas.

05/11/2014. Tras un tiempo de reflexión y de preparación de la documentación, los familiares de los dos jóvenes fallecidos formalizan la reclamación patrimonial contra la Junta de Andalucía. Aseguran que las protecciones no cumplían la normativa vigente.

05/02/2015. Familiares y vecinos del barrio promueven la instalación de un monolito en recuerdo de Álex y Natalia. “Bajo el mismo cielo, soñando las mismas cosas, por siempre y para siempre”, se lee en el monumento.

10/11/2015. La Junta de Andalucía desestima la reclamación patrimonial efectuada por los familiares de Álex y Natalia. La Administración autonómica afirma que las vallas se ajustan a la norma y que, además, eran suficientes para contener el impacto.

16/02/2016. El Consejo Consultivo emite un informe en el que dictamina en favor de la Junta. Aclara que los reclamantes no han rebatido los informes de la Administración, “por lo que no queda acreditado que el servicio público funcionara incorrectamente”.