La “mala praxis” que causó la muerte de una anciana
Los médicos no detectaron un hematoma craneal porque no le hicieron un TAC

María —su nombre es figurado— fue víctima de una mala praxis médica. Esta mujer, de avanzada edad, sufrió una caída en una calle de la capital. En principio, parecía poca cosa. Fue trasladada al Hospital con un golpe en el pecho y un aparatoso y visible chichón en la cabeza. Llegó consciente y en aparente buen estado. Sin embargo, la anciana falleció al día siguiente. Los médicos de Urgencias no le detectaron un hematoma subdural, una de las complicaciones más graves que suele padecer una paciente que presenta este tipo de lesiones. No vieron la hemorragia craneal interna, simplemente, porque no “miraron” bien. No le realizaron un TAC, una prueba diagnóstica indicada en el protocolo sanitario para estos casos de golpes en la cabeza. La mujer dejó viudo —con el que llevaba 54 años de convivencia— y tres hijos mayores. Su familia presentó una reclamación patrimonial contra el Servicio Andaluz de Salud (SAS) al entender que se había producido un deficiente funcionamiento de la administración. Y, ahora, el Consejo Consultivo de Andalucía propone que los parientes sean indemnizados con unos 145.000 euros por “la mala praxis”.
Los hechos ocurrieron el pasado 4 de junio del año 2016. Tras la caída, la anciana fue trasladada a Urgencias del Hospital Neurotraumatológico de Jaén. La trataron del golpe en el pecho y le hicieron una radiografía lateral del cráneo, que descartó que sufriera una fractura. No obstante, no le hicieron un TAC, una prueba que es pertinente en estos casos. Así lo pone de manifiesto el dictamen del Servicio de Aseguramiento y Riesgos del propio Servicio Andaluz de Salud: “La asistencia prestada a la paciente no se ajustó al protocolo de actuación”, dice de forma literal. Es verdad que la mujer iba consciente y no presentaba vómitos. Sin embargo, la historia clínica reflejaba que estaba tomando medicación anticoagulante —un factor de riesgo para que se produzcan hemorragias internas—. Además, había un elemento que resultaba determinante a la hora de realizar el TAC: el “aparente” chichón que la mujer presentaba en la cabeza. Pese a todo esto, los médicos no le efectuaron la prueba.
El propio SAS admite la mala praxis y la demanda se centró en la cuantía de la indemnización por el error fatal que causó el fallecimiento de María. El Consejo Consultivo considera que la compensación debe ser de unos 145.000 euros.
La historia clínica de la mujer reflejaba que estaba tomando medicamentos anticoagulantes. Se trata de una factor de riesgo, ya que puede favorecer las hemorragias internas. Ese elemento hacía necesaria la realización de un TAC diagnóstico para poder detectar el hematoma que causó el fallecimiento de la anciana un día después de sufrir una caída. En contra del protocolo para estos casos, esa prueba no se le hizo.