Ladrones saquean el último “gran tesoro” de la Cámara

Expolio del edificio de innovación, que lleva cuatro años terminado

22 sep 2017 / 11:15 H.

Costó 1,3 millones de euros sufragados casi en exclusiva con dinero público. A día de hoy está cerrado, abandonado a su suerte y, lo que es peor, es pasto de los saqueadores. Se trata del edificio construido por la Cámara de Comercio de Jaén en una parcela ubicada entre el Polígono de Los Olivares y el barrio del Bulevar. Los ladrones campan a sus anchas en ese inmueble de casi 500 metros cuadrados y se han apoderado de todos los objetos de valor que allí se almacenaban: desde aparatos de aire acondicionado hasta ordenadores y mobiliario de oficina, pasando por las griferías, las puertas, el cableado de la instalación eléctrica e, incluso, los sanitarios. Se lo están llevando todo, como ya ocurriera en el edificio donde se ubicaba el antiguo Hotel La Imora o lo que iba a ser el Parque Acuático de Jaén. “Es una vergüenza”, asegura el último presidente de la Cámara, Manuel Barrionuevo.

La institución cameral, cuyos órganos de gobierno están vacantes desde hace más de un año, ha presentado una denuncia en la Comisaría por estos hechos. En ella, se ha aportado una larga relación de los objetos que han sido robados y se hace referencia a que los daños económicos son enormes. La Policía ya investiga lo sucedido, tal y como confirman fuentes oficiales.

Lo ocurrido con este Centro de Innovación y Competitividad es una consecuencia más de la crisis institucional y de la quiebra que han castigado a la Cámara de Comercio en los últimos años. El edificio comenzó a fraguarse en 2009 y quedó completamente terminado a principios de 2014. Los 1,3 millones de euros que costó llegaron de fondos europeos y del Ministerio de Industria. Sin embargo, el inmueble permanece en una especie de limbo administrativo: no llegó a escriturarse, pues la institución cameral no terminó de pagar a la constructora (unos 200.000 euros) ni al estudio de arquitectura que hizo el proyecto (unos 20.000). Por eso, no obtuvo el certificado de final de obra y, por lo tanto, no se pudo abrir. De hecho, a primeros del año 2016, el Ministerio exigió a la Cámara la devolución de las ayudas públicas que le habían sido otorgadas para poner en marcha el Centro de Innovación. Durante todo este tiempo, el edificio ha estado cerrado. Permanecía en un discreto segundo plano e, incluso, los últimos rectores de la Cámara veían en él la añorada salvación de una institución que tiene más de 130 años de historia. En el pasado mes de agosto, Manuel Barrionuevo visitó las instalaciones acompañado de uno de los trabajadores de la Cámara. Comprobó que todo estaba en buen estado. Sin embargo, la situación ha cambiado y el inmueble ha sufrido el expolio sin que nadie haya movido un dedo por evitar una situación que se veía venir.

La valla perimetral exterior fue, literalmente, derribada. La alambrada está tirada en el suelo, por lo que el acceso al interior del recinto es relativamente fácil. Los ladrones han entrado al edificio rompiendo los cristales de varias ventanas. Y lo que se han llevado de allí es un tesoro, el último que tenía una Cámara de Comercio que está sumida en una lenta y dolorosa agonía.