Las tormentas causan daños recurrentes en el Gran Eje

Empresarios reclaman una intervención para evitar inundaciones

19 sep 2018 / 11:50 H.

Enrique Gugliotta, que lleva 8 años al frente de una cafetería, en el bajo del número 6 de la Avenida García Morato, ya puede contar tres inundaciones en su negocio. Esta última no dista mucho de las anteriores, puesto que tiene la misma causa, como deja claro, “el problema es que la calle está al revés, que el agua, cuando llueve, entra en el establecimiento”. El lunes por la tarde, una de sus empleadas, Lola, relata que llegó sobre las seis y la cosa ya estaba complicada. Llovía y se formaban balsas en la calzada, en el cruce del Gran Eje. “Cada vez que pasaba un coche, venía una ola hacia la cafetería”. “Con las primeras gotas fuertes, algunos clientes de la terraza se refugiaron en el interior, donde había unas cincuenta personas. Otros se fueron sin pagar”, aclara Gugliotta que explica que hubo un momento en el que se quedaron sin suministro eléctrico y que ya hubo que cerrar, de nada servía mantener a los clientes dentro, porque, además, todo se había inundado.

La peor parte, no obstante, está en los bajos del local, totalmente inundados, al estar pared con pared, aclara, con el transformador que se anegó. Hasta que los operarios de la empresa de electricidad no desaguaron, el sótano estuvo impracticable. “He perdido todo el género, el café, bebidas, fiambres para las tapas. Confío en que, como en otras ocasiones, el seguro responda”, confía. Eso sí, cree que es preciso una intervención integral en esta arteria de la capital. “La acera del Museo Íbero (en la acera de enfrente), estaba seca, mientras que aquí no se podía aguantar”, sostiene. La tromba de agua obligó a estar de limpieza hasta bien entrada la madrugada para poder abrir la cafetería, ayer por la mañana, en condiciones dignas.

Alberto López, responsable de una ortopedia cercana, cree que el problema viene de largo, que todo comenzó con la construcción del aparcamiento Avenida y el paso subterráneo, una obra que afectó a la estructura de los edificios cercanos y que se nota en la calle, que está hundida en la acera de Eduardo García Maroto, que comparte con la cafetería, un banco, unos recreativos y un restaurante de comida rápida. “Más de un motorista se ha caído”, critica. “Las tragonas no tienen capacidad para recoger la lluvia, son muy pequeñas”, aclara, mientras señala un imbornal que es del tamaño de medio folio, además, totalmente obstruido. “Venía el agua de la Cuesta de los Civiles y de la Avenida de Andalucía y no podían tragar lo suficiente”, lamenta. Las lluvias, como ya les ocurrió en agosto, cuando también descargó con fuerza en la capital, obligaron a poner a buen recaudo material de esta tienda y a permanecer en el local hasta que volvió la luz, por no poder echar el cierre, que es electrónico. Además, hubo filtraciones en los bajos de la ortopedia. Endesa informa de que los trabajos para subsanar la avería en la red eléctrica se prolongaron hasta las dos de la madrugada de ayer. El fallo, a consecuencia de la tormenta, afectó a un centenar de usuarios de esta vía.