“Llanos del Valle” sufre la peor cara de Expoliva

Las 3.000 plazas de aparcamiento de Ifeja han sido pocas y la gente ha usado cualquier sitio, bloqueando el polígono

13 may 2017 / 11:18 H.

La mayor feria del mundo del olivar y el aceite de oliva es sinónimo de oportunidades y de negocio. Su relevancia internacional está fuera de toda duda, como demuestra el salto cualitativo que ha dado, reuniendo, por primera vez, este año, a los 57 países productores de oro líquido del planeta. Pero, además de su cara, que se traduce, estos días, en miles de visitantes y, a ciencia cierta, en millones de euros en transacciones económicas, Expoliva también deja una cruz. Es la que han sufrido los empresarios, autónomos y trabajadores de “Llanos del Valle” y sus proveedores. La afluencia a la feria ha sido que las 3.000 plazas de aparcamiento habilitadas por la Institución Ferial (Ifeja) han sido pocas.

No obstante, bien sea porque no fueran suficientes o para evitar el pago de los 5 euros que costaba dejar el coche al día en el parquin privado de Ifeja, un elevado número de visitantes escogió estacionar en las inmediaciones: desde el cementerio de San Fernando hasta el Nuevo Estadio de La Victoria, incluido el Polígono Industrial Llanos del Valle. La consecuencia es que esos aparcamientos no regulados —muchos, literalmente, en olivares— han sido una fuente inagotable de problemas para gente que también se gana la vida con su trabajo.

Hasta las siete de la tarde, cuando empezaba a despejarse de coches la zona, ya que la feria cerraba una hora y media más tarde, los accesos al polígono e, incluso, la circulación por algunas de sus calles ha sido un infierno. “Han venido camiones de los que cargan siete u ocho coches, tanto para recoger como para dejar vehículos, y han tenido problemas para entrar y salir y para maniobrar”, expuso José Manuel García. Propietario de una empresa de grúas de asistencia, señaló: “Expoliva es una cosa buena para Jaén. Pero, en este polígono, tenemos unas 1.500 empresas y están paradas porque es imposible que un camión se pueda mover y los tráileres no pueden entrar porque está cortado por los coches”, por no hablar de las dificultades para descargar la mercancía, una vez que lograban salvar los obstáculos y llegar a su destino. Algunos empresarios se encontraron problemas hasta para acceder a sus propias naves industriales, porque había “coches aparcados justo en la puerta de los negocios”. Y añadió García, irritado: “Si llamas a la Policía Local te dicen que es un polígono privado y que aquí no pueden entrar, cuando pagamos nuestros impuestos como los demás”.

La indignación ha cundido en “Llanos del Valle”. Pero su empresariado no ha sido el único que ha vertido críticas contra la feria, precisamente por el aparcamiento. En corrillos en alguno de los pabellones y hasta tomando una cerveza se han escuchado comentarios de visitantes —algunos, extranjeros— señalando que habían tenido que aparcar “en mitad de un olivar, algo que no es normal en una feria de esta categoría”.