Los musulmanes jiennenses celebran el fin del Ramadán

Unas mil personas se reúnen con la familia y hacen regalos a los niños

26 jun 2017 / 10:53 H.

La comunidad musulmana de Jaén está de fiesta. Unas mil personas de la provincia celebraron el Aid El Fitr o Pascua Chica, es decir, el final del Ramadán y el inicio del nuevo mes. Para ello se reunieron, a las nueve de la mañana, en una nave junto al cementerio viejo de la capital, para el rezo y comenzar un día lleno de momentos entrañables con la familia, en especial los más pequeños de la casa. Tal como explica Ahmed Fiaz, de la comunidad islámica de Jaén, los niños reciben regalos por parte de sus familiares. “Sus padres o los tíos les entregan algún juguete o un poco de dinero como agradecimiento”. Los actos están centrados en el hogar, donde se reúnen los amigos y, sobre todo, familiares más cercanos para cocinar, comer y disfrutar de una jornada. Fiaz recuerda que, tras la purificación y el sacrificio del mes sagrado de los musulmanes, es momento de “dar las gracias” por lo que poseen, en especial por las personas que están a su lado. “Después de rezar nos juntamos y comemos, siempre comida tradicional de nuestra tierra. Luego también vamos al parque y estamos juntos, eso es lo importante”, afirma Fiaz.

Son varios los musulmanes que encuentran diferencias entre la celebración de la conclusión del Ramadán en sus países de origen y en Jaén. “Ahí todo el día es festivo y de hecho, yo soy paquistaní y durante dos días se cierran los negocios para festejarlo en familia”, asegura, y aporta: “Sin embargo, al variar según el calendario lunar, hay veces que cae entre semana, y aquí no se puede dejar de trabajar. De todas formas siempre se saca tiempo para aprovechar el día y celebrarlo como es debido”.

Por fortuna, este año la gran festividad cayó en domingo, por lo que los miembros de la comunidad musulmana no tuvieron problema a la hora de reunirse y “agradecer a Dios lo que tienen con una buena comida”. También comparten su dicha y se realizan donaciones a personas necesitadas o, en la misma mezquita, se coloca una hucha donde recaudar dinero para los pobres.