Los usuarios del autobús urbano se conocerán ya en tiempo real

“Segunda revolución” del servicio tras eliminarse los anticuados tornos hace un año

13 nov 2018 / 12:06 H.

No hace ni año, después de más de medio siglo en servicio, los autobuses urbanos jiennenses eliminaron los “antidiluvianos” tornos, un sistema de control de entrada de viajeros que se mantuvo, durante prácticamente todo 2017, instalado en la flota de la empresa concesionaria, Herederos de José Castillo, incumpliendo la normativa vigente. Fue Jaén en Común (JeC) quién aireó esta ilegalidad, lo que derivó en una investigación judicial y el Ayuntamiento, aunque el pleito quedó archivado, se vio obligado a reaccionar y dar instrucciones a la compañía para que, a la mayor brevedad, se deshiciera de los cacharros. Sin este “filtro” que giraba cada vez que un viajero entraba al bus, a la adjudicataria le preocupaba mucho saber cómo se iba a contabilizar la entrada de viajeros. De este número depende la subvención municipal que reciben. La desazón es compartida por JeC, desde que entró en la Corporación en 2015, y le viene de largo al PSOE. Aunque, en el caso de los partidos de la oposición, el motivo es bien distinto al de Castillo, ya que dudan de la veracidad de las cifras e, incluso, en el caso de los socialistas, hablan de que el incentivo que recibe la firma solo se explica por un “acto de fe” del Gobierno municipal, que abona. Con las nuevas máquinas instaladas en los coches de línea, unas expendedoras y canceladoras digitales, dotadas con todas las tecnologías disponibles, las dudas, al menos en teoría, tienen que desaparecer. La clave de estos aparatos, que son similares a los que ya se usan en el resto de capitales españolas, es que permiten hacer un recuento de usuarios en tiempo real. Los datos son accesibles para los encargados de controlar el servicio que prestan las concesionarias en el Ayuntamiento, mediante un sistema informático.

El concejal de Seguridad Ciudadana, Tráfico y Transportes, Juan Carlos Ruiz, es el primero que reconoce que cambiará “sustancialmente” la gestión del transporte público urbano ya que habrá un inventario exacto de los billetes de carácter ordinario emitidos y del uso de todas las tarjetas de bonobús. El resultado, una “radiografía exacta del transporte público por demanda de usuarios ya sea por línea o por paradas y títulos de viaje”. Ya puestos, el Ayuntamiento anuncia que se trabaja en la mejora del sistema de ayuda a la explotación, con la idea de conectar vía satélite con todos los autobuses que ofrecen detalles sobre las rutas y el números de vehículos que hay en la calle, además de predecir tiempos estimados de llegada de manera precisa, redistribución estratégica de los recursos disponibles, así como dotar de un sistema de información multimedia para los usuarios a través de una página web y aplicaciones para móvil.

Los socialistas aprovecharon el estreno de las máquinas para exigir la celebración Comisión de Control y Transparencia de Empresas Concesionarias para que se informe y se rindan cuentas de los datos que arroja el nuevos sistema informático implantado en los autobuses. “Si Javier Márquez (el alcalde) sirve a los intereses de la ciudad no debería tener problema en que se conociera esta información”, reflexionó Julio Millán, candidato del PSOE a la Alcaldía, tras presentar en el registro la solicitud para la reunión de esta mesa de trabajo. De paso, recordó que fue la Junta, a través del Consorcio Metropolitano de Transporte, la que pone en marcha este mecanismo de control. Y es que al partido del puño y la rosa le escama el hecho de que, a pesar de haber sido aprobada por el pleno, aún no se haya realizado la auditoría a la empresa concesionaria, que ya tiene garantizada su colaboración con la Administración local hasta 2030. El incumplimiento de este acuerdo motivó, incluso, la intervención del Defensor del Pueblo Andaluz, que se lo requirió al Gobierno local sin que, por el momento, se haya puesto en marcha. La idea del principal partido de la oposición es forzar a los responsables municipales a que arrojen luz sobre el cerca del millón de euros que recibe Castillo, en concepto de subvención, por la prestación de un servicio que, como lamentan ellos y muchos usuarios, deja que desear.

La transición entre las viejas y las nuevas tarjetas se hará en seis meses

Las nuevas tarjetas de bonobús comenzaron a usarse ayer, aunque los que tengan todavía saldo en las antiguas podrán usarlas a lo largo de seis meses. Durante este periodo, convivirán las antiguas y las modernas máquinas para cancelar y expender billetes. Para estrenar bonobús habrá que hacer una recarga mínima de seis euros y acudir, en el caso de los ordinarios, a cualquier sucursal de Jaén de Caja Rural. Las tarjetas especiales, con descuentos para estudiantes y jubilados, entre otros, se podrán obtener en las Oficinas del Negociado de Transportes, tal y como informa el Ayuntamiento en una nota. Si quedara saldo por gastar, menor al coste de un viaje, se traspasará a la nueva tarjeta en el momento de activarla en las sucursales de Jaén de Caja Rural, aunque es imprescindible entregar la tarjeta antigua. Todas las tarjetas se activarán en las sucursales de Jaén de Caja Rural. Para hacer efectiva la gratuidad del servicio a los menores, en el negociado de Transportes del Ayuntamiento les será expedida la tarjeta de estudiante, a petición del tutor legal, que será imprescindible para uso de este servicio. El concejal de Seguridad Ciudadana, Tráfico y Transportes, Juan Carlos Ruiz, juzga que, con estas medidas, “se avanza en el compromiso de tener un transporte público cada vez más eficiente, seguro y accesible para los usuarios. “Se trata de un sistema inteligente, acomodado a las nuevas tecnologías para la evolución del transporte público urbano, con localización continua, instantánea y automática de la red de autobuses en funcionamiento dentro del núcleo urbano”, deja claro.