Más de 8 horas sin luz en el entorno de la Plaza de Belén

Negocios afectados denuncian pérdidas económicas por el apagón

05 nov 2017 / 11:32 H.

Los problemas comenzaron minutos antes de las dos de la tarde. Los vecinos del centro de la ciudad, en concreto los que viven en el entorno de la Plaza de Belén, se quedaron sin luz. Justo antes de la comida sufrieron un apagón que duró hasta las diez de la noche. Durante más de ocho horas, los residentes se vieron forzados a ser originales para realizar las tareas más básicas del hogar. Pero no solo afectó a casas particulares, también a los negocios, que se encontraron de golpe y porrazo sin poder atender a los clientes. Según Endesa, se trataba de una incidencia en un suministro del que se encargaron. Esperaban solucionarlo para las nueve de la noche, al final se atrasó una hora más.

“Llevo treinta y cinco años aquí y jamás había visto un apagón tan largo”. Son palabras de Pedro Antonio García, director del hotel Europa, ubicado en plena plaza. Afirma que al principio no se sorprendieron porque “no es la primera vez que pasa”, pero según transcurría la tarde y no se solucionaba, comenzaron las preocupaciones. En cuanto anocheció, no vieron otra alternativa que comprar linternas para sus clientes, que al menos tuvieran algo de iluminación. “Todo lo de las neveras se ha perdido y los grifos no funcionan por la falta de presión, pero los sistemas de emergencia y la centralita siguen activos”, explica García. “Ha debido de fallar una célula de tensión y, al no haber repuesto, los operarios se tuvieron que trasladar hasta Linares”, supone García, y añade: “De todas formas, para bien o para mal, estamos acostumbrados, todos los veranos hay cortes de luz en el barrio”. Por unas horas, en el Hotel Europa y los negocios aledaños volvieron al sistema analógico, “sin ordenadores, poco se puede hacer”, comenta el director. Una de las consecuencias más graves fue el abandono de algunos clientes. “Hay personas más comprensivas, otros no, es normal que ocurra, pero está claro que son pérdidas”. Los restaurantes de la zona también sufrieron los peores efectos del apagón. Muchos de ellos tuvieron que cerrar al no poder ofrecer un servicio a sus clientes. En Casa Córdoba incluso hubo incidentes y discusión con algunos comensales, en los que se llegó a amenazar con llamar a la policía para intermediar.

A unos metros de distancia, en la Avenida de Madrid, también se notó el “parpadeo” de las luces. Miguel Ángel Bravo, propietario de la pensión Carlos V, contó que a lo largo del día tuvieron breves cortes de electricidad. “A veces se apagaba de repente la televisión, en otras se sentía que había menos tensión eléctrica, pero nada grave”, relata Bravo. “A esas horas no afectó mucho a los clientes porque se encontraban fuera de la pensión, el problema será cuando vuelvan y la incertidumbre de no saber si volverá a pasar pronto”.