¿Qué le pasó a Juan Carrillo?

La absolución de los acusados de hacer desaparecer a este linarense agranda las incógnitas

07 dic 2017 / 08:45 H.

Nadie conoce dónde está Juan Carrillo. Sus familiares no saben nada de este vecino de Linares desde el 13 de junio de 2013, es decir, más de cuatro años sin noticias. Los dos hombres que se sentaron en el banquillo de la Audiencia la pasada semana no han hecho más que agrandar las incógnitas de una desaparición inquietante y misteriosa. Un caso laberíntico en el que las investigaciones policiales se han estancado una y otra vez en callejones sin salida que no conducen a nada.

El juicio, desarrollado durante tres días, apenas ha arrojado luz sobre lo que pudo pasarle a Juan Carrillo para que, literalmente, se esfumara de la faz de la tierra. La tesis que mantuvo la familia fue que este linarense de 57 años fue víctima de un plan orquestado por uno de sus enemigos, apodado “El Perro”. Y que ese plan fue ejecutado por las dos personas que se sentaron en el banquillo, en concreto José S. F., alias “El Ganso”, y Manuel F. M., conocido como “El Floristero”. Según este relato, el primero se ganó la confianza de Carrillo para hacer un trato y consiguió que se subiera en un vehículo, propiedad del segundo, para llevarlo desde Linares a Andújar, donde desapareció.

Sin embargo, la sentencia considera que no hay ni una sola prueba que acredite que los hechos ocurrieron tal y como sostuvo la familia. Todo lo contrario: “Nadie vio a Juan Carrillo subirse al coche con el que supuestamente se trasladó a Andújar, por lo que tampoco se puede saber quién lo acompañaba ni qué vehículo era”, resume la sala en la sentencia.

¿Por qué fueron a juicio, entonces, “El Ganso” y “El Floristero”? El cotejo de las llamadas que hizo el desaparecido el 13 de junio lo sitúa en Linares hasta las tres y doce minutos. A esa hora, las antenas telefónicas constatan que se marcha en coche hasta Andújar. Allí, utiliza su teléfono por última vez a las 15:54 horas para llamar a un amigo llamado Cristóbal. Dos minutos más tarde, ese hombre llamó a Emergencias para avisar de que algo le había pasado a Juan.

No obstante, la sala pone muy en duda el testimonio de Cristóbal: “Han sido múltiples las declaraciones realizadas y múltiples las versiones dadas”, explica la resolución judicial. Y añade que las declaraciones del testigo “no se ajustan a la realidad”. Así, este hombre aseguró que se encontraba en Jaén cuando recibió la llamada de Juan Carrillo y, en realidad, estaba en Andújar; también negó haber hablado ese día con la víctima y contactó con él telefónicamente once veces; y también dice que no vio al desaparecido ese día, cuando la geolocalización de sus teléfonos revelan que tenían la misma cobertura de antena en todo momento.

Ese testimonio de referencia y lleno de contradicciones fue el único indicio contra los dos procesados. Un indicio, a todas luces, insuficiente y que ha llevado a la absolución de los dos acusados, que ya quedan libres de toda culpa para siempre. La sentencia, no obstante, sigue sin dar respuesta a la gran incógnita: ¿Qué le pasó a Juan Carrillo?