Spiriman “salva” a Rubén

La campaña de Jesús Candel recauda 30.000 euros en tan solo 3 días

14 abr 2018 / 10:35 H.

Una medida desesperada que ha tenido una gran respuesta por parte de la ciudadanía. Pedro Albao y Toñi Montoro son los padres de Rubén, un niño de 12 años que, a los 3 y medio fue derivado a la unidad traumatológica del hospital Virgen del Rocío de Sevilla porque, según explica Pedro Albao, está diagnosticado del síndrome de Casamassima, un fenotipo de Jarcho-Levin con marformaciones costovertebrales que producen una escoliosis congénita sindrómica progresiva grave. Eso le produce insuficiencia pulmonar y un retraso en el peso y la talla. “Se ha sometido a varias operaciones en el pie y la última vez que fuimos a Sevilla esperábamos que nos dieran la fecha para la intervención de columna para fusionarle la gran desviación que tiene. Nos encontramos que no estaba el doctor Farrington, que era el que llevaba su caso, ni su equipo. Un nuevo médico nos dijo que se iba a hacer cargo del caso, pero no nos dio confianza”, afirma. Luego se informaron sobre el médico y descubrieron que no era un especialista pediátrico, lo que les generó aún mucha más incertidumbre.

Los padres de Rubén pidieron la derivación al hospital Niño Jesús de Madrid, que tiene una unidad de Traumatología Infantil especializada en esa patología, pero se le denegó hasta en dos ocasiones, y en la segunda lo derivaron al de Córdoba, cuando allí tampoco hay unidad especializada. Todo el afán de la familia en este tiempo estaba en conseguir información sobre la marcha del equipo de profesionales encabezado por el doctor Farrington, que ahora está en la privada, y sobre porqué no se cumplió su derecho de elegir centro: “Pero lo único que hicieron fue echar la culpa a Sevilla”. Entonces se les ocurrió recurrir a Jesús Candel, “Spiriman”, para ver si les podía informarles sobre los pasos a seguir. “Me contaron el caso, y el viernes les dije que vinieran para estudiarlo con detenimiento. Me quedé alucinado por la situación de abandono en la que se encontraban por el desmantelamiento de la Unidad de Traumatología Infantil del Hospital Virgen del Rocío. Estaban desesperados porque no tenían posibilidades para afrontar la operación de Rubén con el doctor Farrington, ya que es muy costosa —30.000 euros— y necesaria, porque podría quedar paralítico. Me llegó al alma, y decidí hacer un vídeo sobre la marcha y abrir un número de cuenta”, recuerda Jesús Candel. Lo que no presuponía era la acogida: “Nunca nadie, de forma tan masiva, conjunta y solidaria, y en tan solo tres días y con un fin de semana de por medio, ha conseguido algo así. Esto es un hostiazo de solidaridad”. El remanente, unos 13.000 euros, lo destinará a otros casos de niños que precisen su apoyo. “Tenemos situaciones muy dramáticas porque hay gente totalmente abandonada por la sanidad, y este es tan solo un ejemplo de muchas más personas que nos están pidiendo ayuda”, dijo. “Es de vergüenza que tengamos una sanidad pública y unos derechos, y que después de acudir a tantas instituciones y que nadie me haya ayudado, Candel, al que conocí un viernes, el martes siguiente ya me dijera que tenía el dinero gracias a la solidaridad de la gente”, concluye Albao. El lunes ya tienen cita médica.