Tal día como hoy, hace 83 años, nació la leyenda viva de Jaén

Quienes nacieron hace 83 años en algún rincón de la provincia pueden dar fe del nacimiento de un periódico que hoy cumple esas ocho décadas y tres dedos más de historia. Tal jornada como hoy, pero en martes, los jiennenses despertaron con el estreno de una cabecera, JAÉN, que se mantiene intacta con el paso del tiempo como un estilo de vida de esas personas, anónimas y no tanto, que tuvieron y tenemos el privilegio de formar parte de esta casa. Era el periódico del blanco y negro, el que ordenaba la realidad jiennense en apenas ocho páginas, a tamaño sábana, mediante áreas temáticas tradicionalmente aceptadas. Estructuradas mediante una convención útil para presentar de manera accesible la noticia, los informadores entendieron desde su fundación que la realidad periodística debe abarcar mucho más que la comunicación convencional y abrieron caminos profesionales, con el devenir de las décadas, que otros con mucha más historia no dudaron en seguir.

Paradigma pionero en la prensa española del llamado periodismo de proximidad, Diario JAÉN se ha convertido en mucho más de lo que lees, una escuela periodística que, además de intentar responder a las clásicas preguntas del periodismo —qué, quién, cuándo, dónde, cómo y por qué— pretende cada mañana cumplir con otro interrogante más: ¿Qué interesa y a los jiennenses? ¿Y qué es lo que verdaderamente les interesa? La respuesta, obvia, no deja de ser una de las obsesiones de una Redacción cubierta de canas y de frescura. Lo que interesa es la vida, no sólo la oficial, que también, sino la personal, la que marca las existencias de cada ciudadano.

La leyenda eterna de la tierra del mar de olivos está escrita en una hemeroteca sin una mota de polvo y grabada, en blanco y negro y color, en un archivo fotográfico convertido en una auténtica joya. Los tomos de periódicos con su característico olor y las fotografías de momentos históricos realizadas por los mejores retratistas dejan constancia de los cambios experimentados por Jaén en 83 años de trayectoria... Queda claro que la evolución de la sociedad destapó los corsés anteriores a la recuperación de la democracia como una auténtica revolución apoyada en la tecnología, las nuevas relaciones personales, familiares, el mayor tiempo libre... La perspectiva que dan estas décadas, con sus lustros incluidos, permite al periódico de todos los jiennenses cerciorarse de que los cambios fueron continuos, imparables y radicales y que la Redacción los sirvió puntualmente con la profesionalidad por bandera. Cómo hemos cambiado... Desde el analfabetismo hasta la digitalización media un abismo y, sin embargo, aquí seguimos, contando a la gente lo que le pasa a la gente sin más intereses que el suyo propio. No nos limitamos a seleccionar, ordenar y hacer legible el magma de la información diaria, sino que apostamos por tener una mirada propia, una información diferenciada, un punto de vista particular que tiene muy presente a la sociedad a la que nos dirigimos. Dicen que los riesgos del Periodismo no están exclusivamente en las batallas y los bombardeos, sino en el día a día de esas historias que se producen en el patio trasero de nuestras sociedades avanzadas, esas que resultan incómodas y nos revuelven las tripas. La vida ni siquiera duerme. Apenas concede respiro y Diario JAÉN la contó, la cuenta y la contará, antes exclusivamente en su edición impresa, ahora por otros derroteros digitales en los que prima la inmediatez acompañada del rigor, de la veracidad de la noticia, el reportaje, la entrevista, la crónica... No basta con los “cliks” y los “trending topic” cuando lo importante supera a lo urgente. La extraordinaria potencia de las redes sociales, el inabarcable caudal informativo ofrecido a través de los grandes buscadores en internet y la agilidad con la que hoy se manejan textos e imágenes dan la falsa impresión de que el buen periodismo está al alcance de cualquiera y de que los medios tradicionales están en vía de extinción. Sin embargo, hoy, 83 años después, les enseñamos lo contrario. Gracias, gracias y gracias.