Toca cambiar el “chip”

“Trastornos” para los motoristas en esta fase de semipeatonalización

17 may 2017 / 12:30 H.

Doce del mediodía del martes, 16 de mayo. Casi cincuenta motocicletas copan el aparcamiento habilitado para ellas en la calle Doctor Eduardo Arroyo. La aglomeración es tal, para los escasos metros cuadrados que tiene esta zona que las señales dibujadas en el suelo para delimitar el espacio entre cada una han desaparecido bajo el apelotonamiento de motos. Hay, incluso, quienes han estacionado sobre la acera. Tal vez, con desespero. Una joven tiene más suerte y encuentra un hueco. “¿Qué pasa?”, le pregunta alguien. “¡Nos están dirigiendo aquí para aparcar!”, responde, mientras se quita el casco, sin dejar de caminar, con prisa.

En las plazas de la Constitución y del Deán Mazas, un rosario de señales móviles provisionales impide lo que, hasta el lunes, estaba permitido. No puede haber motocicletas ni ciclomotores en las aceras, en los espacios dedicados al peatón. Y los estacionamientos reservados en Deán Mazas y Cronista Cazabán ahora están vedados. Un conductor que había aparcado su todoterreno en la zona de carga y descarga para hacer una gestión en una entidad financiera se libra “por los pelos” de que le pongan una multa. “Ya no se puede aparcar ahí. Está prohibido”, le explica uno de los policías locales.

Son solo dos escenas de las muchas que dejó una jornada de cambios debidos a la puesta en marcha de la primera fase de peatonalización y semipeatonalización del centro, que, sin embargo, se desarrolló con “tranquilidad” y sin demasiado revuelo. Y eso que, por norma, no hay cambio que sea tranquilo. Seis parejas de la Policía Local —tres de Tráfico y otras tres de Distrito— guardaban las zonas más conflictivas. Entre ellas, el cruce entre la calle Campanas y la Plaza de San Francisco, la Plaza del Deán Mazas y el cruce de Ramón y Cajal con Muñoz Garnica, donde se ha habilitado una zona de estacionamiento reservada a motos y ciclomotores desde las once de la mañana, que acaba el horario de carga y descarga, hasta las ocho de la mañana del día siguiente. “Si no se puede aparcar donde siempre, ¿dónde lo hacemos?” fue la pregunta más recurrente del día, según señalaron algunos agentes a este periódico. Pero todos coincidieron: “La gente lo está respetando. Muchos ya lo sabían por la prensa”. Otro argumentó: “Son costumbres muy arraigadas y tendrá que pasar un periodo largo hasta que se habitúen, pero hay que convencerse de que es el centro y es para que la gente pasee y que lo haga con seguridad”.

¿Cómo lo vivieron los motociclistas? Contrariados, en la mayoría de los casos. “Es un trastorno” —sintetizó uno a este periódico—. Sobre todo, si iban con prisa o si se encontraron alguna multa. Pero hay quien, acostumbrado a aparcar sobre la acera, en espacios en los que ni siquiera están permitidos, por aquello de las “facilidades” que están asociadas a una moto, ayer confesaba estar absolutamente de acuerdo con esta reordenación y hasta enumeraba ventajas: “Primero, por los viandantes, que ganan ciudad. En segundo lugar, para nosotros mismos, si nos habilitan alternativas para aparcar. Además, ganamos tranquilidad porque nos evitamos multas por estacionar en zonas indebidas”.

El cambio ha llegado. Es visible. Está en el cúmulo de señales móviles que se concentra en algunas zonas; en la presencia de más agentes de Policía de los que son habituales en el centro en una jornada sin eventos en el calendario; las motos se aglomeran en espacios acotados, como si esperaran reparación en el taller, pero también en la sensación de “amplitud y limpieza” que, ayer, compartían algunos ciudadanos, como el decano del Colegio de Arquitectos. Pedro Esteban Cámara valoraba: “Ahora, vemos los edificios completos”. Y añadía: “Quizá, algunas concesiones de veladores también deberían estar más reguladas, porque en algunas zona hay tantos que no te dejan ver la ciudad”.

Unos primeros días centrados en informar
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Negar que se pusieron sanciones de tráfico sería faltar a la verdad. Haberlas, las hubo y no hicieron gracia, pero indicó algún policía: “Las hemos puesto en aquellos casos en los que el vehículo ha estado mucho tiempo aparcado”. Por lo general, “estos primeros días”, la labor de los agentes del Cuerpo Local de Policía se va a centrar en informar a los conductores, tanto transportistas, como motociclistas, de las restricciones que encontrarán, a partir de ahora, para estacionar en los espacios que están regulados para ello.

“Estamos avisando, básicamente”, indicaba otro. En la calle Muñoz Garnica, donde, a partir de ahora, se alternará la carga y descarga con el aparcamiento de motos, la Policía tuvo que localizar a los dueños de vehículos que, en algunos casos, llevaban varios días estacionados, para que los quitaran.