Tres detenidos por transportar zapatillas y bolsos falsos

La Guardia Civil les imputó un delito contra la propiedad intelectual por un material con un valor de 3.000 euros

11 nov 2018 / 11:21 H.

La Guardia Civil se encuentra muy atenta a los mercadillos ambulantes y a los productos que se ponen a la venta. Fruto de esta labor, según informa la Comadancia de Jaén, el pasado domingo, agentes de la Benemérita realizaban un servicio de seguridad ciudadana. Decidieron parar un vehículo para inspeccionarlo y comprobaron que transportaba muchos artículos que, a primera vista, parecían que eran falsificados. La Guardia Civil señala que, ante estos, se procedió al traslado del vehículo y los tres ocupantes hasta dependencias oficiales de la Guardia Civil de Torredonjimeno, donde se procedió a inspeccionar los objetos transportados. Los agentes constataron que se trataba de 42 pares de zapatillas de diversas marcas, 215 discos compactos de música y 130 bolsos. La Guardia Civil determinó que todos eran falsificados y de marcas muy conocidas. Dicha mercancía podría haber alcanzado un valor en el mercado ambulante por encima de 3.000 euros.

De ahí que se procediera a la detención de los tres ocupantes del vehículo. Dos eran de nacionalidad senegalesa y el otro constaba como un ciudadano de Gambia. Se les investiga como presuntos autores de un delito contra la propiedad industrial y otro contra la propiedad intelectual.

Precisamente, los delitos contra la propiedad intelectual se encuentran tipificados en los artículos 270 a 272 del Código Penal. Los elementos de la propiedad intelectual son los derechos de carácter personal y los patrimoniales que atribuyen al autor la plena disposición de su obra y el derecho exclusivo a su explotación con fines económicos, así como la paternidad de la obra en cuestión.

La aplicación de la ley especial de propiedad intelectual en este campo es incuestionable, en cuanto completa algunos aspectos de los tipos penales, y siempre que tal complementación se haga con la sola condición de no alterar ningún aspecto de la descripción típica, sino la de llenar sus vacíos o aprovechar definiciones legales. De ahí que las consecuencias de su vulneración sean penales. El Código Penal indica que se castigará con una pena de prisión de seis meses a dos años. Precisamente, los mercadillos y las propias aceras de las calles se han convertido en espacios en los que se pueden encontrar falsificaciones de marcas o productos. No hay que olvidar que se trata de un delito perseguido por la ley.