Un 23% menos de lluvia en los pantanos sobre la media

Los pantanos de la provincia jiennense, ayer, estaban al 44,14%, más de diez puntos por debajo de la media española y, casi con toda probabilidad, se encontrarán bastante peor cuando concluya el verano. Javier Aycart lo tiene claro. Es el responsable del Sistema Automático de Información Hidrológica de la Cuenca del Guadalquivir (SAIH), entidad dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y pronostica que, si actualmente la situación es de prealerta por sequía, en septiembre, será ya de alerta. Para afirmarlo, desde su óptica de experto, solo hay que entender que la evaporación de las reservas será, evidentemente, inferior, a las aportaciones. No obstante, hasta ahí, más o menos todo normal. El cambio sustancial en Jaén en este tórrido final de primavera es, conforme a los últimos datos que maneja el SAIH —que mide parámetros como la pluviometría a diario— es que las precipitaciones recogidas en los pantanos son un 23% inferiores a la media del último cuarto de siglo.

Lo recogido en este año hidrológico —es decir desde el 1 de octubre, hasta el 31 de mayo— son 416 litros, frente a los 541 habituales, conforme al registro que se tiene desde el ciclo 1991/1992. El jefe del SAIH llama la atención sobre el hecho de que este descenso es el mayor de las ocho provincias andaluzas y que, precisamente, se da en la cabecera de la cuenca. Frente a ello, en Sevilla, hay más lluvia recogida de lo habitual. Por simplificar, es como si el agua hubiera caída al revés; más donde menos infraestructuras hay para recogerla y almacenarla. Esta situación origina crecidas que no son beneficiosas en el tramo final del Guadalquivir y afecta a la parte alta del río, que está más seca de lo que debe. Este fenómeno inusual hace que, en realidad, en términos globales, el déficit sea del 9%.

“Los pantanos de la provincia jiennense no son solo para dar agua a esta tierra, sino que están dentro del sistema general y permiten regular el abastecimiento. El Tranco es fundamental para el riego y el consumo humano, como lo son Iznajar y La Breña, en Córdoba”, recuerda el ingeniero.

agua para dos o tres años. La pregunta, ante el descenso que se prevé en las reservas hídricas es para cuánto tiempo hay agua. La respuesta es que, ante una ausencia total de precipitaciones y, después de tomar medidas como la restricción en el regadío, absoluta llegado al caso si fuera preciso, los ciudadanos que beben del Guadalquivir no tendrían que preocuparse hasta, según el alto cargo de la Confederación, hasta “dentro de dos o tres años”.

Para encontrar un escenario similar hay que remontarse al ejercicio 2009/2010. En aquel año hidrológico, cuando ya se cortaba el grifo a los cultivos, comenzó una prolongada temporada de precipitaciones que hicieron que se pasara de una tierra sedienta a inundaciones en prácticamente toda la comunidad autónoma, pantanos que, literalmente, se llenaron y vaciaron varias veces en la provincia jiennense.

Por ello, aunque el panorama a las puertas de un verano seco pueda parecer desalentador, el responsable de la Confederación Hidrográfica confía en que, tal y como es característico de una cuenca mediterránea, como es la del Guadalquivir, este escenario cambie radicalmente y lleguen las lluvias que eviten que se tomen medidas que afecten a la agricultura, un pilar en la economía jiennense.