“Era una buena maestra que siempre te aconsejaba bien”

Fallece Amparo Cano, la que fuera concejal socialista y sindicalista jiennense

03 sep 2017 / 11:18 H.

Una mujer de bandera en todos los sentidos. Amparo Cano falleció ayer, a los 89 años de edad, tras toda una vida vinculada al sindicalismo y a la política. Sus allegados la definen como una mujer luchadora e hiperactiva que siempre hizo bandera de la lucha contra las desigualdades. Antes de la transición ya participaba activamente en las manifestaciones contra el franquismo que se celebraban en Jaén. Este referente jiennense en la lucha por la democracia y la igualdad fue perito mercantil y enfermera de profesión y le tocó vivir la represión franquista en primera persona. Con la llegada de la democracia fue concejal de Sanidad en el Ayuntamiento de Jaén y, desde 2013, dirigía la Secretaría de Memoria Histórica del PSOE. Una mujer inquieta cultural y socialmente ya en su juventud y que mantuvo su activismo hasta el día de ayer.

El partido en el que seguía activa a pesar de su avanzada edad subrayó en un comunicado la lección de compromiso, entrega y la valiosa memoria de una militante que era una referencia en la agrupación local. El secretario general de la Agrupación Local del PSOE, Manuel Fernández, lamenta su pérdida: “Los socialistas perdemos hoy un gran referente, una luchadora incansable por los derechos sociales, una mujer cuya trayectoria laboral, política y personal sirve para explicar muchos de los logros que disfrutamos hoy en día”. De igual forma, en el comunicado del partido, se valora su ejemplo como “lección de entrega, con un profundo compromiso apoyado en los valores sociales y la memoria valiosa que sustentan las bases del PSOE”.

bombardeo. Con la muerte de Amparo Cano se apaga también la voz de la última superviviente que quedaba en la capital del fatídico bombardeo que sufrió Jaén durante la Guerra Civil y que se saldó con 157 muertos y centenares de heridos. El ataque, que duró entre 5 y 10 minutos, es uno de los episodios negros dentro de la lucha fratricida que marcó la historia de este país. En este periódico explicaba —en un reportaje publicado el 18 de septiembre de 2016— cómo ella y su hermano iban a hacer un recado cuando, a las cinco y veinte de la tarde del 1 de abril de 1937, los aviones comenzaron a bombardear la ciudad y cómo aquella niña de 9 años y su hermano, un año menor, se refugiaron bajo el mostrador de la tienda. “Escuchamos explosiones sin parar. Éramos dos críos y estábamos impactados, sin saber qué hacer. Fue atronador. Horroroso”, relataba. En casa de su abuela, en la calle Salido, encontraron refugio junto a su familia: “Ahí estaban todos: mis padres, mis otros tres hermanos y dos primos hermanos cuyos padres habían sido fusilados”. Con fluidez detallaba aquel día que quedó marcado para siempre en la memoria de una niña atemorizada. Familiares y sus compañeros socialistas despidieron ayer, a las 7 de la tarde, en el Tanatorio-Crematorio Ciudad de Jaén, a una mujer que está ligada a la historia de Jaén.

Tenía un sentido enorme de la fraternidad socialista. Cuando hablábamos, me aportaba siempre una lectura sensata y tan exacta de la situación del partido y de lo que acontecía. Lo hacía sin acritud y también con un humor muy suyo, propio de quien tenía una gran capacidad de relativización causada posiblemente por una vida demasiado azotada por el sufrimiento. Sencillamente insustituible. Ella, su pensamiento, su coraje, sus llamadas y sus consejos. Todos la echaremos de menos, pero, para mí, personalmente, es una pérdida imposible de cubrir. Estando tan mal, me llamaba siempre que había ejecutiva o asamblea. “Manolo, yo estoy muy mal y, si consideráis que puedo ausentarme, me vendría mejor no moverme de casa, pero tardo un minuto en coger un taxi o una ambulancia, si crees que tengo que estar ahí”; esa era mi secretaria de Memoria Histórica, con cerca de 90 años de mucho sufrimiento.

En la época de la lucha contra el franquismo siempre íbamos a las manifestaciones juntas. Sus hijas e hijo fueron alumnos míos y tengo muchos recuerdos de toda la familia. La quería mucho. A ella la definía su profundo amor por España y la lucha por la igualdad de todos los ciudadanos. Fue una gran militante del PSOE que luchaba por la igualdad de todos. Para todos los que la conocimos era un gran ejemplo personal de superación en todos los aspectos de la vida. En los últimos meses sabía de ella por terceras personas. Se ha ido una gran mujer.

Ha sido una mujer de una gran fortaleza que pese a los hachazos que le ha dado la vida ha sabido llevarla con su ánimo solidario y afectuoso con cada una de las personas que hemos tenido la suerte de conocerla. Siempre fue una mujer activa, se la jugaba en cada faceta de su vida. Allá donde hubiera una injusticia allí te la encontrabas siempre dando la cara. No se callaba nada que considerase injusto. Tenía una valentía tremenda. Siempre será una mujer prototipo de los viejos luchadores y luchadoras del Partido Socialista Obrero Español. Hombres y mujeres que lo único que hicieron en la vida es dar y no pedían nada a cambio. Eran sus convicciones y valores los que la guiaban. Asistía a todas las asambleas, si tocaba hablar lo hacía y si te tenía que decir cosas que no le gustaban, lo hacía de cara.

Fue de esa generación de los socialistas que supo mantener viva la llama del socialismo durante los años difíciles de la dictadura y, posteriormente, y gracias a esa llama que mantuvieron viva, hemos llegado a esta España de libertades que disfrutamos. En lo personal era siempre como una buena maestra que te aconsejaba bien, te quería bien y, a veces, te regañaba con mucho talento y amor. Tuvo una vida muy complicada en lo político, en lo personal, pero fue una mujer luchadora, un modelo para seguir su ejemplo. Se volcaba en todo lo que hacía y era una gran profesional, una buena socialista y una buena persona.