Un juez investiga tuits vejatorios contra los Supersubmarina

La Justicia ha ordenado abrir una investigación contra los autores de los mensajes publicados en la red social Twitter en los que se celebraba el accidente del grupo baezano Supersubmarina e, incluso, se les deseaba la muerte. En concreto, la titular del Juzgado de Instrucción Único de Baeza ha dictado un auto en el que pide a la Guardia Civil que identifique a las personas que están detrás de cinco perfiles desde los que se lanzaron esos tuits injuriosos e hirientes. En concreto, la magistrada María Teresa Zambrana ve “claros indicios” de la comisión de un presunto delito de injurias y, por ello, solicita a la Policía Judicial del Instituto Armado que abra una investigación. El primer paso de las diligencias es solicitar a la compañía Twitter que aporte los registros de las conexiones IP desde las que se publicaron los mensajes y “la información básica de los usuarios”. La magistrada considera que esta decisión es “proporcional”, debido a la gravedad de los hechos denunciados.

El grupo Supersubmarina sufrió un terrible accidente de tráfico cuando regresaban a Baeza tras un concierto en Valencia. Los cuatro integrantes de la formación resultaron gravemente heridos al chocar la furgoneta en la que viajaban con otro vehículo en el kilómetro 168 de la N-322. Dos de ellos estuvieron en la UCI durante meses. Fue el 14 de agosto del año 2016. El siniestro fue noticia de alcance para los principales medios de comunicación nacional. Y también resultó tendencia nacional en las redes sociales. Los baezanos recibieron multitud de muestras de apoyo y de cariño.

Sin embargo, también se publicaron varios mensajes de carácter ofensivo, que fueron compartidos en Twitter pocas horas después del accidente. En concreto, uno de los mensajes, publicado por el usuario “Philippe Nahon”, decía literalmente: “Os deseo que os recuperéis bien del accidente y que tengáis otro que sí que os mate a todos, Supersubmarina. Un abrazo”. En otro mensaje posterior añadió: “Solo quiero reiterar que ojalá se mueran supersubmarina y todos sus seguidores, por lo general homosexuales y analfabetos”. Otro de los tuiteros investigados publicó: “Con suerte, no sobreviven al accidente de hoy”.

Una vez recuperados totalmente, los miembros del grupo baezano decidieron emprender acciones legales y, a través de su abogado, Juan Pablo Mola, presentaron una denuncia. Fue el pasado 17 de mayo, es decir, nueve meses después de que ocurriera el accidente. En el escrito, se hacía constar que los textos podrían ser constitutivos de un delito de odio. Lo fundamental del caso es que la magistrada ha admitido a trámite la querella, ya que ve “indicios de criminalidad” en los mensajes. Eso sí, en principio, los considera un delito de injurias En el auto, fechado el 21 de julio, pero notificado a la Fiscalía esta misma semana, la juez María Teresa Zambrana Ruiz ordena a la Guardia Civil abrir una investigación e identificar a los autores de los mensajes. En concreto, reclama a la compañía Twitter que facilite datos sobre la dirección IP, es decir, desde que conexión a internet se publicaron los comentarios ofensivos.

batalla legal. La decisión de su señoría ya supone un primer paso en este caso. Ahora será trabajo del Instituto Armado localizar a los tuiteros y demostrar que fueron ellos los que lanzaron los mensajes. Hay que recordar que, en otros episodios similares, la Justicia archivó directamente las denuncias presentadas por el afectado. Uno de los más recientes fue el fallecimiento del torero segoviano Víctor Barrio, corneado mortalmente el año pasado. En las redes sociales se publicaron numerosos mensajes que celebraban su fallecimiento. Uno de ellos fue escrito por un profesor valenciano, que fue identificado. Una juez de Valencia no vio indicios de delito y sobreseyó la causa.

En el otro extremo está la condena a un año de cárcel, dictada por la Audiencia Nacional contra una estudiante por la publicación de varios mensajes en los que se burlaba del atentado que costó la vida a Luis Carrero Blanco. Con la proliferación de las redes sociales, estos casos son cada vez más comunes en los juzgados.