“La verdad es que la comida sabe a gloria”

Susana Rodríguez González

07 mar 2020 / 11:50 H.
Ver comentarios

—¿Cómo llegó a La Gloria del barrio de La Glorieta?

—Hace cinco años vi la oportunidad del traspaso del bar y, entonces con una socia, nos hicimos cargo de La Gloria. Desde hace dos años estoy yo sola al frente...

—¿De dónde venía usted?

—Estuve quince años en un hotel de la capital, como camarera en el bar, en el comedor y en los eventos de bodas y comidas. Surgió esta oportunidad y me decidí. Yo ya conocía el bar y me gustaba mucho.

—¿Hay tradición en la familia, era su vocación o fue la mejor salida para trabajar?

—No hay tradición en la familia, aunque un tío mío es cocinero. Mi padre, Antonio, es ordenanza de la Banda de Municipal de Música de Jaén y mi madre, Antonia, se ocupa de la casa. Mis hermanas, Merche y Lourdes, se dedican a otras cosas. Lo que pasó es que en los estudios no iba bien y durante los veranos empecé a trabajar en la hostelería...

—Está en un barrio popular y en un bar con tradición...

—Sí, el bar lleva más de treinta años en La Glorieta. Estamos muy cerca de la asociación de vecinos y en la calle La Gloria, aunque antes se llamaba calle Tomás Moreno Bravo...

—Sabrá a gloria la comida que sale de su cocina, las tapas...

—La verdad es que sí, tengo un cocinero muy bueno. Las tapas son caseras y recomendamos nuestras croquetas, por ellas viene mucha gente. Pero también ofrecemos pimientos, huevos rellenos, flamenquines, montaditos. Los fines de semana solemos tener marisco y mejillones con verdurita muy ricos.

—A tal barrio, bar popular y cocina de cuchara...

—Sí, tenemos un salón para unas 40 personas donde damos las comidas. También bautizos e incluso dimos una boda para un número pequeño de invitados. Tenemos un menú diario por 9 euros, a elegir entre cinco primero y cinco segundos platos. Además, hacemos un plato del día, bien cocido, lentejas, habichuelas... Todos los domingos paella y los viernes y sábados, migas casi todo el año.

—¿Qué tienen en la carta?

—En esa línea, lo que les gusta a nuestros clientes. Rosada, pinchos, solomillo, revueltos...

—No hay bar ni restaurante que no tenga un plato especial, marca de la casa.

—El nuestro es el bacalao frito a La Gloria. Lleva un toque de tomate natural, cebolla y un secreto que el cocinero no me dice ni a mí. Me gusta más que el que hace mi madre...

—Como se entere la señora Antonia...

—(Ríe) No pasa nada, el cocinero lo hace muy rico y es lo que más nos pide la gente.

—El cliente es del barrio...

—Así es. Gente trabajadora que viene y con la que ya tenemos confianza. Pero también viene gente a desayunar de otros sitios y pueblos cercanos que pasan por aquí para ir al trabajo, al campo, y comen nuestras tostadas con aceite de oliva.

—¿Cómo va el negocio?

—Vamos bien y este año mejor. Febrero no suele ser bueno y, sin embargo, se está dando bien. Hicimos por primera vez San Valentín y tuvimos el salón lleno. También estamos dando más desayunos, la racha es buena y a ver si se mantiene.

Jaén