Una “señal de alarma” para conservar un edificio singular

Arquitectos recalcan que la mejor protección del quiosco de prensa es darle uso

07 oct 2017 / 10:56 H.

Ya no hay grafitis en la fachada del quiosco de prensa que Ramón Pajares diseñó a mediados de los cincuenta del siglo pasado junto al bloque de los sindicatos, en el Paseo de la Estación. El Ayuntamiento le ha dado un baño de pintura blanca. No ha sido fácil. Un año les ha costado a los arquitectos de Jaén conseguir que la entidad local adecentara el exterior de un edificio de su propiedad que, además, es uno de los cinco más representativos del Movimiento Moderno en la capital. Y, precisamente porque “es el más débil” del conjunto, ayer, en el Día Mundial de la Arquitectura, después de aguardar quince minutos del reloj a que los “manteros” desmontaran el escaparate de camisetas, bolsos y otros accesorios al que lo reducen cada día, recolocaron en uno de sus laterales la placa que se les cayó el año pasado, al tratar de hacer lo mismo que pretenden ahora: llamar la atención de la Administración para que proteja y conserve la riqueza arquitectónica que hay en la ciudad. Máxime siendo de su titularidad, como es el caso.

La placa que desde ayer marca este recoleto quiosco de prensa que pasa desapercibido entre la multitud que sube y baja por el Paseo de la Estación todos los días es algo más que un rótulo que recuerda el valor de “algo tan pequeño”, como lo describió el hijo del arquitecto, Javier Pajares. “Es una señal de alarma y de ayuda”, subrayó el decano del Colegio de Arquitectos, Pedro Esteban Cámara. “Es un punto de inflexión. La sociedad ama y lucha por el patrimonio. La prueba es cada actividad que se organiza relacionada con él, pero las autoridades tienen que estar a la altura”, añadió. “A un edificio, si no le das uso, acaba de esta forma”, lamentó el decano, que reivindicó el valor de la arquitectura del siglo XX.

Fernando Jiménez Parra, representante de la Fundación Docomomo (Documentación y Conservación del Movimiento Moderno) en Andalucía, se pronunció en el mismo sentido. Valoró la placa que el quiosco luce ahora, pero advirtió: “No está salvado”. Es “el más débil” de los exponentes del Movimiento Moderno en la provincia, dijo. Y expresó su temor a no verlo un día; a que una pala lo haya demolido: “Diez minutos y no quedaría nada”.

La demanda insistente del Colegio al Ayuntamiento es que le devuelva el uso. Quizá no como quiosco de prensa, pero sí como punto de información y venta de entradas, por ejemplo. La imaginación vuela buscando alternativas para salvarlo. El concejal de Participación Ciudadana, Manuel Heras, solo indicó: “Pronto, habrá novedades”.

“Es de una sencillez elegante”

Javier Pajares (tercero por la izquierda en la fotografía) es hijo del arquitecto que diseñó el quiosco de prensa. Tras la recolocación de la placa con la que el Colegio de Arquitectos llama la atención sobre su singularidad, valoró que “algo tan pequeño” haya sobrevivido. Destacó su modernidad: “Es de una sencillez elegante”. Y abogó por darle una utilidad para mantenerlo.