Con la carretera en las venas

Miguel Ortega, concejal de Equipamientos Urbanos, escuchó al representante vecinal

27 nov 2016 / 11:23 H.

La honradez en la política de Jaén tiene un nombre: Miguel Ortega Cruz”. Es la sentencia con la que alguien definió a este jiennense enamorado de su profesión —capataz de obras públicas— que no dudó en dar lo mejor de sí al servicio de su ciudad —Jaén— cuando su partido —el PSOE, al que pertenece desde 1981— lo reclamó para ponerlo al frente de la Concejalía de Equipamientos Urbanos. Corría 1991 y Ortega, ya en nómina de la Diputación, entró en los planes del a la sazón vicepresidente de la institución José María de la Torre, futuro alcalde que no dudó en contar con él para una de las áreas más complejas de cualquier ayuntamiento —en la fotografía que preside esta página se le ve, en la calle Virgen de la Cabeza, acompañado de un representante vecinal, tomando nota de inminentes arreglos—. A ella dedicó ocho años que hoy, cerca de los ochenta, recuerda satisfecho. Pero su historia y vinculación con las carreteras le venía de lejos. Tanto, que su padre y su abuelo se dedicaron a construirlas, por lo que Ortega, recién cumplida la mayoría de edad, andaba haciendo ya sus primeros pinitos. Una trayectoria brillante que comenzó a forjarse en la firma Sánchez Liébanas. “Llegué para tres meses y estuve diecisiete años”, afirma el capataz. Y es que, para él, este empresario fue una verdadera “inspiración”, por la calidad que imprimía a sus proyectos. “Ahí está —dice— la plaza del Ayuntamiento de Torredonjimeno después de cuarenta años”. De ahí, tras un visto y no visto periodo como inspector de obras y pavimentaciones del Ayuntamiento de Granada, su “fichaje” por la Diputación —en la que estuvo un cuarto de siglo— fue inminente. Gran conocedor de la obra pública, su trabajo ha sido su vocación. “Si naciera otra vez, volvería a ser capataz”, afirma.

Casado con una alcalaína llamada Custodia, es padre de cuatro hijos —uno de ellos continuador de la dinastía profesional— y abuelo de ocho nietos que lo “vuelven loco”, en el mejor de los sentidos. Una familia a la que ha “sacado adelante dignamente” con su trabajo y de la que este “constructor de caminos” —hermosa tarea, sin duda—, fiel lector de Diario JAÉN, se siente orgulloso.

tres legislaturas como edil
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Comenzó con José María de la Torre y dejó el Ayuntamiento con Alfonso Sánchez Herrera en la Alcaldía. Una etapa que los colectivos vecinales le reconocieron, en su día, como muy fructífera. En la imagen, con De la Torre en 1992.

todo por jaén
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Esta foto, del año 1994, es la metáfora perfecta de su querencia jiennense. Se tomó en el acto de entrega de la bandera a la casa provincial granadina. Ortega se desvivió por su tierra, y el aprecio de quienes lo trataron entonces es su mejor premio.

un merecido homenaje
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La Diputación le rindió un emotivo tributo cuando le llegó la hora de la jubilación. Era el año 2002, y un numeroso grupo de compañeros, amigos y familiares lo arropó en una ocasión tan especial, tras veinticinco años de servicio intachable.