De Linares al corazón tejano

Pedro Manuel Sánchez Rivera vive en Houston, una de las ciudades más importantes de los Estados Unidos, conocida por su petróleo, a la que llegó con su esposa Adrienne, una americana con la que se casó en Linarejos

27 nov 2016 / 11:23 H.

Pedro Manuel Sánchez Rivera —Pedro, para todo el mundo— tiene 36 años. Nació, creció y estudió en Linares. Después de terminar un ciclo de grado superior en Delineación Industrial, en el instituto Reyes de España, comenzó a trabajar en Pellenc Iberica en Jaén. De 2003 a 2015 fue diseñador industrial mecánico en el departamento de I+D+i. “Aunque siempre viví en Linares, desde pequeño mis padres fomentaron en mis hermanas y en mí el gusto por viajar, así que cada verano, especialmente desde que tenía una profesión, me dediqué a conocer algún destino en Europa”, deja claro.

Estas excursiones por el Viejo Continente le permitieron mejorar su nivel de inglés y, gracias al idioma de Shakespeare, conoció a la que luego se convirtió en su esposa, Adrienne Maxwell. “Ella, una chica estadounidense de Houston, Texas, había solicitado participar en el programa de auxiliares de conversación del Ministerio de Educación Español. Y, por suerte la mandaron a Linares”, recuerda. “Empezamos a salir y, cuando nos dimos cuenta, estábamos casándonos en la Ermita de la Virgen de Linarejos, una tarde de junio de 2013, una boda a la española con algún que otro toque americano”, rememora feliz. El “sí quiero”, eso sí, llegó con una “condición”, aceptada de buen grado, y es que, en algún momento, tendrían que vivir del otro lado del Atlántico, al menos probar la aventura americana. Este pacto les llevó, en septiembre de 2015, al Estado de la Estrella Solitaria, para lo que la pareja tuvo que pedir una excedencia en sus respectivos trabajos, y así aterrizaron en la ciudad tejana, la famosa Houston.

Es, como explica Pedro Sánchez Rivera, la cuarta ciudad más poblada de los Estados Unidos, aunque ocupa un área diez veces mayor que la de Nueva York. Su economía esta dedicada, mayoritariamente, a la industria petrolífera, aunque Houston es también líder mundial en investigación médica y aeroespacial. Después de la Gran Manzana, es la segunda mayor sede de empresas del país. “El caso es que nos vinimos sin trabajo, un poco a la aventura, aterrizamos justo en plena crisis del petróleo, con el barril más barato en la última década, con despidos y prejubilaciones masivas”, reflexiona. Eso sí, la tasa de paro, del 4%, les hacía ser optimista. Finalmente, a principios de 2016 una empresa del sector de la energía eólica, Proinlosa Energy Corp, de origen Español, ofreció un puesto al linarense, en el Departamento de Ingeniería, donde ejerce como diseñador industrial. Allí trabaja desde entonces. “Los tres meses en los que me dediqué a buscar empleo fueron muy buenos para adaptarme a la vida aquí”, deja claro.

Sobre Houston, asegura que, tal y como se ve en las películas, la mayor parte de la población vive en barrios de casas con jardín, alejados del núcleo urbano de la ciudad. “Esto parece muy bonito, pero conlleva una serie de complicaciones. Para empezar, las distancias son enormes, todo está tan alejado que hace imposible desplazarte por la ciudad por medio de transporte público y mucho menos a pie”, sostiene. Ello obliga a usar el coche para todo, lo que explica los llamados ¨drive-through¨, sistema que te permite comprar una hamburguesa sin bajar del vehículo, llevar la ropa a la tintorería, sacar dinero del banco, mandar un paquete por correo y tomar un café y todo sin pisar la calle. La gasolina ayuda, ya que cuesta 40 céntimos el litro y el coste del carné de conducir no supera los 25 dólares, unos 23 euros.

“La vivencia es muy enriquecedora. Mi mujer, tras siete años en el extranjero, define esta experiencia como una montaña rusa y no puedo estar más de acuerdo. Hay días en los que te sientes genial y te superas y, en otras ocasiones, te preguntas si merece la pena el sufrimiento de no tener a los tuyos cerca, de perderte las navidades, los cumpleaños de tus amigos, la feria de tu pueblo”, deja claro.

en plena era trump

Sobre la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones de EE UU, el linarense explica que su teléfono se saturó de mensajes de amigos y familiares que, desde España, le preguntaban sobre su futuro en el país. “No sabían si iba a tener que hacer las maletas y volverme a España”, explica. “Me sorprendió que ganara en el país, pero no en Texas, un estado ultraconservador, con un voto fiel a los republicanos. Hillary Clinton aquí es muy poco querida”, deja claro. “Por supuesto, nadie abiertamente me ha dicho que le gusta, pero creen en el partido para controlarlo e impedirle hacer determinadas locuras. Eso, precisamente, es lo que le diferencia de populistas como Marine Le Pen y otros líderes de este tipo”, reflexiona. “Muchos amigos míos estadounidenses pero de origen mexicano le han votado, por una por mezcla de intereses laborales, morales y religiosos”, aclara, confiando en que no cumplirá todas sus promesas de campaña.

la nasa y castilla

Houston es la ciudad en la que se encuentra el Centro Espacial de la NASA, desde el que se controlan las misiones espaciales estadounidenses. Es mucho más que pozos de petróleo. También se trata de una gran urbe, con una sociedad multicultural, con una población que tiene una de las mayores diversidades del país, como explica el linarense. “Solo en mi empresa, en la que trabajamos setenta personas, hay más de once nacionalidades distintas. Por supuesto, la comunidad latina tiene un peso fundamental, representa un 30%. Esto hace que aquí exista el derecho de hacer cualquier papeleo con la administración pública en español”, comenta. En Texas ondea la bandera de Castilla y León, en referencia a la época en la que esta parte de los Estados Unidos formaba parte del enorme imperio español.

“Evereything’s bigger in texas”, el estado de los gigantescos coches y el consumo
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Una de las cosas que más llamó la atención a este jiennense por el mundo es el gran tamo de cualquier producto en este estado de EE UU. De ahí que, como aclara, exista el dicho: “Everything’s bigger in texas”, que se traduce como todo es más grande en Texas. Las casas, los coches, las porciones de comida, todo es enorme, como afirma el linarense.

Otra de las cuestiones que más le sorprende es el tremendo consumo energético. “El aire acondicionado está encendido los 365 días del año las 24 horas. Hasta los estadios deportivos son cerrados y con refrigeración”, aclara. “En muchísimos aspectos, Estados Unidos es tal y como lo pintan en las películas: la devoción a sus costumbres y a su bandera, es difícil dar dos pasos y no ver las barras y estrellas”, comenta. Las grandes celebraciones, como el 4 de Julio, Día de la Independencia; Halloween, Acción de Gracias y Navidad, como apunta Pedro Manuel Sánchez Rivera, transforman los negocios, las casas y los barrios y se viven con una gran intensidad, describe.

un tradicional rodeo en la tierra de los míticos vaqueros
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Con su mujer, Adrienne Maxwell, el linarense se tomó una fotografía en un tradicional rodeo. Se trata de una gran fiesta que él define como “algo parecido a nuestra feria”.

Trinchando el pavo como buen yanqui por el “Thanksgiving Day”
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En una ciudad del oeste, la tierra que proyecta una de las imágenes más conocidas de EE UU, este linarense cumple con tradiciones como el Día de Acción de Gracias, el famoso, “Thanksgiving”, cuando se come pavo.

un rincón famoso y muy fotografiado de las calles de houston
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El mural de Downtown, en Houston, es uno de los rincones más famosos de la ciudad de Texas. Con un lema que dice que vivir allí inspira, apela a la multiculturalidad de esta capital estadounidense.

una imprescindible visita a Washington
y a la casa blanca
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El linarense y su mujer frente al 1600 de la Avenida de Pensilvania de Washington, a las puertas de la White House, la imponente Casa Blanca donde vive el presidente del considerado país más poderoso del mundo.