El lince se recupera

El programa Life+Iberlince empieza a dar sus frutos y el índice de supervivencia en el medio natural supera al de los fallecimientos por atropellos en carretera o caminos y por disparos o lazos de cazadores furtivos

12 nov 2017 / 11:01 H.

El programa Life+Iberlince permitió la introducción de 59 ejemplares de lince ibérico desde el año 2014 en Castilla-La Mancha —los últimos 16 este año— en los Montes de Toledo y en la zona de Sierra Morena en el Campo de Calatrava, en Ciudad Real, habiendo fallecido en ese periodo un total de 19 animales, nueve de ellos atropellados y el resto por enfermedad, inadaptación, furtivismo, ahogamiento o causas naturales. No obstante, en la actualidad, nueve de cada diez linces introducidos sobreviven, frente a los seis de cada diez que lo hacía el primer año. Así lo destaca en el balance del programa el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo; y el director técnico de la empresa Fomento y Medio Ambiente de Castilla-La Mancha (Fomecam), Rodrigo Julián Fuentes, empresa responsable de materializar el proyecto, quienes estuvieron acompañados por el coordinador del proyecto Juan Francisco Ruiz y el director general de Política Forestal y Espacios Naturales, Rafael Cubero. Rodrigo Julián Fuentes reseña que el porcentaje de fallecimientos es “muy bajo” sobre el número de ejemplares introducidos y sus crías y que las bajas contadas hasta ahora eran las “previstas”. Respecto al número de muertes por atropello, se trabaja en la mejora de la CM-420 a la altura de Mazarambroz, ampliando los cerramientos de la carretera para dirigir a los linces a los pasos subterráneos que existen y en 2018, con financiación Feder, se trabajará en la CR-50, en Viso del Marqués, donde también hubo atropellos. Durante los años 2016 y 2017 hubo camadas y nacieron 49 cachorros en estado salvaje, 30 de ellos este mismo ejercicio, lo que resuelve que los datos son “excelentes”, teniendo en cuenta, además, que hay siete hembras territoriales asentadas en los Montes de Toledo y cinco en la zona de Sierra Morena. El objetivo del proyecto es “consolidar” esa presencia de hembras en cada uno de los dos territorios. En este momento, el proyecto Life+Iberlince —que de 2014 a 2017 supuesto una inversión de 2,5 millones de euros— se ha prorrogado hasta mitad de 2018 y a partir de ahí se está trabajando con la Junta de Andalucía para iniciar otro proyecto que permita “crear corredores ecológicos entre zonas con presencia estable de lince”.

El proyecto Life+Iberlince se desarrolla en Andalucía, Extremadura y Portugal, además de en Castilla-La Mancha, donde gracias a la colaboración público-privada, los animales se introdujeron en 34 fincas privadas —20 en Sierra Morena y 14 en los Montes de Toledo— con una superficie de 49.000 hectáreas, en donde abunda el conejo de monte, una especie necesaria para la supervivencia del lince.

En este sentido, Fomecam, como detalla su director técnico, busca lugares no solo con alta densidad de conejos, sino también donde exista una baja incidencia de carreteras y otras amenazas. Además de realizar estudios previos del territorio y analizar esas zonas de introducción, la empresa ejecuta obras en fincas con las que hay convenios —por ejemplo, para mejorar los accesos a acequias o pozos—, y se encarga de realizar labores de divulgación cinegética y educación ambiental, con charlas a escolares en aquellas localidades cercanas a las zonas de introducción del lince.

En otro orden de cosas, la organización WWF denuncia que la mayoría de las muertes, 21, han sido por atropellos, pero también destacan las muertes por furtivismo, con al menos cinco ejemplares muertos. Para la organización, esta cifra, si bien no representa una amenaza para la recuperación de la especie, “es inaceptable ya que supone ralentizar los esfuerzos para sacar al lince ibérico de la categoría ‘en peligro crítico’ de extinción”.

Lince ibérico (Lynx pardinus)

El lince ibérico es una especie de mamífero carnívoro de la familia Felidae, endémico de la península ibérica. En 2013 se calculaba que solo existían dos poblaciones en Andalucía aisladas entre sí con un total de algo más de 300 individuos, más otra en los Montes de Toledo de unos quince individuos y por ello escasamente viable, lo que lo convierte en la especie de felinos más amenazada del mundo. Es de pequeño tamaño y pesa la mitad que el lince euroasiático.
En peligro crítico
de extinción.