El sueño italiano de Iván

A sus 24 años, este músico de Bailén es todo un virtuoso del clarinete que ya sabe lo que tocar en escenarios como Módena y Milán, de la mano de grandes orquestas. Cumple una quimera, que agradece a sus maestros

08 ene 2017 / 11:30 H.

Iván Villar Sánz es de Bailén y tiene 24 años. Desde junio de 2015, es graduado en Música, en la especialidad de Clarinete, por el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo, de Sevilla, de la mano del maestro Javier Trigos. Después de este importante paso en su carrera, tiene la oportunidad de ampliar su formación en el Biennio di II Livello de Clarinete, en el Istituto Superiore di Studi Musicali O. Vecchi–A. Tonelli de Módena, Italia, donde le enseñan los profesores Corrado Giuffredi y Fabrizio Meloni. No le va mal, ya que su media, por el momento, es de sobresaliente. “Compagino estos estudios de perfeccionamiento con una gran actividad concertística, tanto orquestal como camerística. Mi equipo actual se compone de un clarinete, en la Sib Backun MoBa, y otro en la Backun Artist”, explica este joven virtuoso, orgulloso de sus instrumentos, en madera de cocobolo y su boquilla de cristal Pomarico, de las mejores que existen. Pero antes de llegar a la ciudad italiana, declarada Patrimonio de la Humanidad y lugar de nacimiento de Luciano Luciano Pavarotti, el camino de Iván Villar Sanz fue largo.

“Yo ya tenía en mente que quería tocar el clarinete desde muy pequeño, pues siempre esperaba hasta que pasara el último músico de la banda que acompaña a los pasos en la Semana Santa de mi pueblo, hasta que llegaran los clarinetes. Me encantaba escuchar esos sonidos”, narra el bailenense. Sus estudios musicales de clarinete comenzaron, a los 8 años, en la Escuela de Música José Luis Vílchez de Bailén y en las bandas de su ciudad natal, gracias a Manuel Mefre González. A los 14 años, su afán por perseverar en la profesión le llevó a matricularse en el Conservatorio Andrés Segovia, de Linares. “Una bonita anécdota que recuerdo es la del día que fui a elegir el instrumento en la banda; me dijeron que hacían falta saxofones y que tenía que coger uno. Era pequeño, me avergonzaba decir que no y acepté. Pero justo cuando salí por la puerta, recuerdo que iba con mi padre, le dije que yo no quería aprender a tocar el saxo y nos dimos la vuelta. Ahora me alegro de haberlo hecho, de lo contrario no sé dónde habría acabado”, relata entre risas.

Sobre su actividad música actual, está satisfecho por la gran cantidad de conciertos que ofrece. “Puedo conocer a mucha gente interesante, vamos que tengo una agenda bastante apretada. En Italia he tocado en los teatros de Módena, Parma, Fidenza, Piacenza, Udine, Milán y Cremona, además de algunos conciertos en París y la ciudad suiza de Lugano”, relata. Además, va camino de convertirse en una “estrella televisiva”, con apariciones en las cadenas RAI 2 y Parma TV, además de la Radio y la Televisión de la Svizzera Italiana, un cantón italiano de Suiza. Otro de sus logros, a pesar de no haber cumplido todavía ni los 30 años, es haber ingresado en la plantilla de la Orchestra dell’Opera Italiana, de Parma. “Normalmente toco como músico adjunto con diferentes formaciones, como la Orchestra della Svizzera Italiana, de Lugano, Cantieri d’Arte y Orchestra delle Terre Verdianeme, de Reggio Emilia”, apunta. “Gran parte del mérito se lo debo a mis profesores, que han sabido orientarme de una forma inigualable. Con ellos sigo en constante contacto y les consulto muy a menudo”, agradece. Por ello, no tiene más remedio que admitir: “La verdad es que estoy viviendo un verdadero sueño. Nunca pensé que llegaría a tocar en estos magníficos teatros con orquestas de gran calidad y mucho menos tocar en las increíbles producciones, de película”. ¿Sus planes de futuro? Aprovechar al máximo esta experiencia en el extranjero, aunque sin dejar de mirar a Andalucía.

la cuna de pavarotti

Iván Villar Sánz vive en Módena, ciudad italiana de la región de la Emilia-Romagna, al norte del país, conocida por el famoso vinagre y por ser el lugar de nacimiento del tenor Luciano Pavarotti, una figura universal del bel canto que le da nombre al teatro comunal de la ciudad. “La vida aquí es muy tranquila y tengo Bolonia, la capital regional, a 20 minutos en tren, y Milán y Florencia cerca”. Sobre la comida transalpina, asegura que, en sus palabras, “no está mal”. “Normalmente se come todos los días pasta, ya sea con tomate, nata, garbanzos, verduras, lentejas y jamón cocido”, resume, aunque deja claro: “No hay nada como comerse un buen plato de puchero de la abuela y de la “mamma”, eso sí que lo echo de menos”. También añora de Bailén y de Andalucía su sol y su alegría. “Eso ni se compra ni se vende, no se encuentra en ningún otro sitio”, reflexiona.

el maestro corrado

El bailenense llegó a Módena gracias al maestro Corrado Giuffredi, famoso clarinetista internacional y solista en la Orchestra della Svizzera Italiana, tal y como explica Iván Villar Sánz. “Lo conocí en una ‘masterclass” en el Conservatorio de Sevilla en 2013. Desde el momento en que lo escuché tocar, decidí seguir mi formación musical con él, una vez acabados los estudios superiores en Sevilla”, deja claro. “Conectamos muy bien desde el primer momento ya que, como a mí, le gusta interpretar y escuchar todo tipo de música, no solo clásica. Tiene la mente muy abierta en ese sentido, siempre busca obras nuevas para su repertorio”, relata. “Además, su forma de tocar para mí es muy especial, tiene una musicalidad y una sensibilidad impresionante, te suele dejar con la boca abierta”, afirma admirado.

Encantado con el italiano y agradecido su profesora de bailén, carmen anula
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El italiano no le resulta difícil a Iván Villar Sánz, al contrario, le gusta mucho. “No tardé mucho en aprenderlo, gracias a mi profesora Ilaria Altamura, una italiana que me ha ayudado en todo lo que ha podido y más. De hecho, si no me hubiera decidido por ser clarinetista, creo que habría estudiado algo relacionado con los idiomas. ¡Me encantan!”, explica. Además, en el país de Verdi, el bailenense puede aprender muchísimo de su rica cultura musical. “En Italia, sobre todo en el norte, se valora muchísimo el arte. Es una cosa de la que nosotros deberíamos aprender”, reflexiona. Por ello, recuerda, especialmente, a una profesora española, Carmen Anula, que, como recuerda, fue la que le animó a que profundizara en la música y se lo transmitió a sus padres. “Ella fue la que me descubrió este fantástico mundo”, comenta, emocionado y agradecido. También tiene bellos recuerdos de su etapa en el Conservatorio Superior de Sevilla y de sus tres años en la capital andaluza, una etapa que le permitió formarse y crecer personalmente.

el imprescindible traje para las grandes ocasiones
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Con solo 24 años, ya sabe lo que es lucir elegante con pajarita encima de un escenario, es el “uniforme de trabajo” de este apasionado de la música, nacido en Bailén y que tiene en Módena su segunda casa.

Siempre pegado a su clarinete de madera de cocobolo
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Esta es la foto con la que el músico bailenense se promociona como miembro de la Backun Artist. Toda una oportunidad para este joven virtuoso, enamorado de su clarinete en madera de cocobolo.

de las bandas de su pueblo a la orquesta de la ópera italiana
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En esta instantánea, el músico bailenense está tocando con la prestigiosa Orchestra dell’Opera Italiana, en el margen superior izquierdo, con una camisa de cuadro y su inseparable clarinete.

un maestro, un ejemplo y un amigo para un joven talento
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Iván Villar Sánz posa junto a Corrado Giuffredi. Desde que lo escuchó tocar el clarinete en Sevilla, en 2013, supo que el músico italiano tenía mucho que ofrecerle para continuar con su formación musical. Además, es ya un amigo.