Juventud, excelencia y éxito

David Trueba

23 abr 2016 / 20:57 H.

Muy tímida, risueña y dulce y también muy sensata y madura. Así se muestra esta linarense, que, con 25 años apenas recién cumplidos, se transforma cuando se encienden los focos y suena la palabra “acción”. Puede ser lo que quiera, desde una joven inconformista que huye de su familia al quedarse embarazada; a una alocada que hará lo que sea por brindarle a su amiga la mejor despedida o una madre soltera y en paro, que sufre en silencio sin dejar de luchar por no perder la custodia de su hijo. Son solo tres de los papeles que Natalia de Molina ha encarnado en los tres últimos años, una carrera meteórica, pero no por ello fugaz. Su primer papel, de la mano de David Trueba, le valió un premio Goya en 2014 y, dos años después, con un proyecto muy modesto y comprometido, “Techo y comida”, ha hecho historia al convertirse en la actriz más joven con dos “cabezones”. Los premios hablan de su éxito y las películas, de su talento. Ella solo quiere actuar, aprender y seguir creciendo en la profesión en que ama; solo por actuar ya se siente una verdadera afortunada.

Si mira hacia atrás hasta aquel mes de febrero de 2013 en el que David Trueba la llamó para protagonizar “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, así resume este tiempo: “Han sido tres años muy bonitos, especiales, en los que un sueño se ha hecho realidad y que ha continuado en el tiempo, también con mucho trabajo y esfuerzo”. “Ha pasado todo tan rápido y de una manera tan natural que, cuando me paro a pensarlo, impresiona. Y sí, ha pasado, pero creo que todo es también consecuencia del trabajo: uno siembra y después recoge el fruto”, reconoce.

Y muy fértil ha de ser esta tierra en la que cultiva Natalia de Molina porque la cosecha ha sido espléndida, además de cuantiosa. Tras “Vivir es fácil”, estrenó “Cómo sobrevivir a una despedida”, “Techo y comida”, mientras que formó parte del reparto de la serie de televisión “Bajo sospecha”; rodó, después, “Pozoamargo”, todavía pendiente de estreno; participó en “Solo química” y acaba de estrenar “Kiki, el amor se hace”, mientras que llega también “Los del túnel” a la cartelera. “Son tres años de vivencias en los que he aprendido mucho. Todos los papeles me han hecho crecer, me han aportado; es por lo que me dedico a esto, por lo que me gusta. Me enriquecen a mí y espero que también a la gente que después va al cine”, confiesa.

Pero la siembra a la que se refiere esta jiennense, reconocida como una de las actrices más valoradas del momento en el cine español, se remonta a mucho más atrás. Convencida de su vocación, tuvo que superar su timidez hasta para decir en voz alta que quería ser actriz a los dieciocho años y comenzar a formarse. Y, desde ahí, hasta el rodaje de “Vivir es fácil”, todo fue formarse incansablemente, primero en Málaga y después Madrid, teatro, cortometrajes y mucho empeño, que no ha faltado tampoco después de empezar a ver un sueño cumplido.

Para un joven actor, elegir los papeles bien y afrontar nuevos retos es esencial para comenzar a construir una trayectoria sólida; el género, para un intérprete todoterreno, es lo de menos: “Si el guion y el personaje lo veo, lo leo y siento algo de primeras, me da un poco igual si es de nuevo comedia, drama o algo nuevo. Solo quiero actuar”. “Soy actriz y me gusta cambiar de registro, de papeles, nunca me quedo pillada en un personaje, aunque sí es verdad que Rocío fue uno muy importante profesional y personalmente. Pero después llegó Kiki, que es un papel totalmente diferente, y no me costó enfrentarme a él”, defiende, eso sí, valiente para las novedades es, pero no quiere sentirse “cómoda” en ningún género. “Siempre que empiezo una película, tengo esa sensación de vértigo, de no saber muy bien cómo va salir, si voy a estar a la altura, tengo esos miedos y me gusta sentirlos, ese vértigo, porque es lo que me va a hacer aprender cosas nuevas”, explica. “Espero que no llegue el día que siento que lo controlo todo, en mi carrera y en la vida en general, porque no me permitiría crecer”, añade.

“Por el momento, tengo pendientes ‘Los del túnel’, que se estrenará en otoño, aunque todavía no hay fecha exacta. Esta es una comedia con Arturo Valls y Raúl Cimas, una película muy coral de los guionistas de Cámara Café. Y también ‘Pozoamargo’, de un director mexicano que se llama Enrique Rivero. Iremos con la película el día 26 —este martes— al Festival de Cine de Autor de Barcelona, donde se estrenará. Es una película muy especial y diferente, un tratado sobre el sentimiento de culpa cristiano”, detalla la actriz.

“Fue una de las grandes alegrías”
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Hay una foto en la que tras la inolvidable noche en la que “Vivir es fácil con los ojos cerrados” se llevó seis Premios Goya, su director, David Trueba, besa en la mejilla a Natalia, todavía ambos con sus cabezones en la mano. Un gesto tierno y muy simbólico. Él apenas un año antes había visto en una completa desconocida, una joven actriz sin experiencia en el cine, la perfecta protagonista para su película. Confió en ella y, como reconoce el director madrileño, no se equivocó: “Me pareció que Natalia, desde el primer momento, me había mentido y sí que había hecho ya ocho o nueve películas”. “Buscaba a una joven para el papel de Belén y, al escribir el guion, quería a una andaluza”, recordó David Trueba en la presentación en Jaén de la película. “Vi a Natalia y no era exactamente lo que buscaba, pero sí me gustó su pureza. Le faltaba que fuera andaluza, ya que le pregunté a la directora de casting y me dijo que era de Madrid”, contó. Pero días después, al ver de nuevo el vídeo, vio algo raro en la pronunciación de alguna sílaba y se hizo la ilusión de que lo pudiera ser. Y volvió a preguntar. Y la respuesta fue: “Nació en Jaén, vivió en Granada, después su familia se fue a Almería y ella a estudiar a Málaga”. Tras una nueva prueba, esta vez con su acento natural, Trueba lo tuvo claro: “Me dije: Ya la tengo”.

Con esta anécdota comenzó su historia, un proyecto que tan buenos resultados reportó para ambos. Trueba lo dice: “Natalia es una de las grandes alegrías que me ha dado esta película”. Halagos que otros compañeros del equipo, como el actor Javier Cámara, también comparten: “Ella lo ha hecho fácil, es natural para ella, estaba siempre en el tono perfecto para el personaje.

Y el talento y el trabajo bien hecho con el que la actriz linarense sorprendió a su primer director, tampoco faltó en su tercera película, “Techo y comida”. Su director, Juan Miguel del Castillo, así lo defiende: “Natalia está maravillosa. Es sobrenatural lo que hace”.