La fe entre muros del patrimonio
“Iglesias de Úbeda y Baeza”, un libro que repasa la riqueza de unas construcciones que atesoran siglos de historia, el culto y la religiosidad popular de la idiosincrasia jiennense
Mucho más que muros de piedra que atesoran la historia dentro de sus cuatro paredes. Acumulación de religiosidad y fe en la provincia y en un escenario idóneo. Baeza y Úbeda, ciudades Patrimonio de la Humanidad. Dos grandes joyas de Jaén por cuya arquitectura religiosa hace José Joaquín Quesada Quesada un fascinante recorrido a través de su obra “Iglesias de Úbeda y Baeza”. Un libro que intercala texto e ilustraciones, y que, dividido en dos grandes bloques, realiza un amplio repaso del patrimonio, el arte, las procesiones, los cultos, la imaginería, la historia, los personajes y algunas de las curiosidades que rodean a estas infraestructuras históricas.
Una extensa bibliografía, muestra clara de la labor de documentación que hay detrás del libro, cierra el volumen. Un primer capítulo para Baeza, donde Quesada traslada al lector, en un primer instante, hasta la majestuosa Plaza de Santa María, coronada por la iglesia catedral de Santa María de la Natividad y San Isidoro de Sevilla —popularmente conocida como Catedral de Baeza—. Una vez ante la esplendorosa infraestructura, el autor desgrana tanto su exterior como su interior, al mismo tiempo que ofrece y subraya algunos detalles, como por ejemplo el rosetón de la entrada o la parte del claustro, que son especialmente atractivas.
Más paradas hace Quesada por lo que en realidad son monumentos que forman ya parte de la idiosincrasia baezana. El seminario de San Felipe Neri, en la Cuesta de San Felipe, que guarda entre sus muros la historia de la ciudad como referente académico, puesto que cabe recordar que era sede universitaria desde 1537 y, desde antes de que se realizara esta construcción, ya se formaba a sacerdotes. Otras paradas llevan al lector hasta la iglesia parroquial de San Pablo y el Salvador, así como a otros núcleos que forman parte del término municipal como La Yedra, Puente del Obispo o las Escuelas, donde también hay restos de esta historia.
La Ciudad de los Cerros es el segundo gran bloque en el que se divide una obra que resume en más de 250 páginas toda la riqueza que albergan ambos municipios. Úbeda se levanta imperiosa y la Plaza Vázquez de Molina es la primera parada que hace Quesada. Allí, la iglesia mayor colegial y basílica menor de Santa María de los Reales Alcázares se lleva prácticamente todo el protagonismo. El claustro de la misma, la capilla de los Becerra o su rica tradición en cuanto a la imaginería de Semana Santa que atesora en su interior son algunos de los detalles que el visitante puede disfrutar y están entre las explicaciones e imágenes con las que el escritor narra las bondades y el inconmensurable patrimonio de Úbeda.
La iglesia del real monasterio de Santa Clara, la sacra capilla del Salvador o la de San Lorenzo Mártir, entre muchas otras, completan finalmente una obra que pone de relieve el patrimonio jiennense que Úbeda y Baeza, como buenas guardesas, cuidan entre sus muros. Un valor que es el orgullo de toda una provincia y que enriquece y muestra toda su historia.