La ilusión como gran “motor”

técnico de apoyo a la investigación

09 abr 2017 / 10:55 H.

Una ilusión enorme. Eso es lo que mueve a los estudiantes de la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Jaén que, desde el pasado 2011, han formado parte del EPSJaén-UJA Team, capitaneado por José Enrique Mata, tutor y profesor del área de Ingeniería Mecánica. Un grupo de trabajo que se creó, explica, con el principal objetivo de diseñar y fabricar un prototipo de motocicleta de competición para participar en las distintas ediciones bianuales de MotoStudent en Alcañiz (Teruel), una iniciativa promovida por Moto Engineering Foundation que genera un desafío entre equipos universitarios españoles, europeos y del resto del mundo.

“Todo surgió a raíz de un grupo de estudiantes que tuvieron conocimiento del concurso y empezaron a moverse. Hablaron con el por entonces director de la Escuela y ahora rector de la UJA, Juan Gómez, que les animó con el proyecto y les instó a que buscaran un tutor. “Cuando me lo plantearon en un principio les dije que no, pero me gustan las motos y al final acepté”, afirma Mata. De la primera edición —que suponía la segunda del campeonato— recuerda la falta de apoyo y presupuesto como los principales problemas encontrados. “Pero se formó un equipo muy bueno y quedamos muy bien clasificados”, apunta. Y, desde ese momento, no ha dejado de mejorar y crecer, tanto en condiciones como en experiencia, con la continua renovación del alumnado”, explica el tutor.

Entre otros reconocimientos obtenidos por el equipo, el EPSJaén-UJA Team logró el tercer puesto en carrera y el trofeo al mejor tiempo por vuelta cronometrado “I Trofeo Universidades”; el Premio al Deporte Universitario y el segundo puesto en carrera “Competición MotoStudent II”, y en octubre de 2016, la última ocasión en la que participaron en la competición en el circuito MotorLand Aragón, en Alcañiz, se alzaron con el Premio al Mejor Proyecto Industrial en categoría “Electric”. Es decir, aquella en la que se valora el diseño industrial del proyecto de ingeniería e innovación. “Dos años de trabajo en equipo con muchas horas de ilusión, de empeño y de concentración fueron el resultado de una motocicleta cien por cien eléctrica creada por los estudiantes”, indica Mata. En el prototipo participaron 14 jóvenes ingenieros y su innovación se caracterizó por un sistema de doble transmisión que se diseñó y fabricó en la escuela, así como un sistema de suspensión delantero poco común. Lo más motivador para el equipo, sin duda, probar la moto en carrera: “Esto de la competición crea mucha ilusión, y solo ese sentimiento, unido a la pasión, hace que los alumnos desarrollen un trabajo así”.

Para la Escuela Politécnica Superior supone una iniciativa muy importante, reconoce, puesto que es una manera de formar a los alumnos y de que adquieran conocimientos muy distintos a los que se imparten en la formación reglada, aparte de la “publicidad” que realizan del centro. En definitiva, se trata de un desafío no solo a nivel técnico y tecnológico, sino también comercial y económico, puesto que el equipo debe encontrar patrocinadores dentro y fuera del campus universitario que quieran invertir y participar en un proceso en el que están apoyados, en todo momento, por profesores de diferentes ramas de la ingeniería: “Todos se complementan en competencias y habilidades para obtener los mejores resultados”.

También el director de la EPSJ, Francisco Javier Gallego, destaca lo interesante del proyecto para el centro, puesto que con él se ponen en práctica competencias transversales como el trabajo en equipo, el emprendimiento y la formación: “Además, es un buen escaparate sobre la formación y la capacidad con la que resultan nuestros estudiantes”. Un proyecto integrado como propio de la EPS, “cuyo apoyo es absoluto”. Así, dos subdirectores coordinan la actividad y le dan soporte institucional; contribuye a la dotación de infraestructuras e inversión de parte del proyecto, y en el contacto con las empresas. “La verdad es que el equipo es autónomo en el desarrollo de distintas facetas, y el centro siempre lo ampara y anima”, concluye.

“Jaén NO SOLO TIENE UN BUEN ACEITE DE OLIVA”