“Con 16 años hice una caja tallada y me dieron un premio”

Antonio Ortiz

22 oct 2017 / 11:21 H.

Desde que era pequeño tenía más que claro que lo suyo era la artesanía, el olor de las virutas, el tacto de los cables, y esta pasión, unida a una habilidad innata con las manos, lo convirtió en el maestro que ha llegado a ser después de una trayectoria que inauguróa a lo grande, con un premio regional de quinientas pesetas de su época. Jiennense de 1936 —“un año entretenido”, dice con una amplia sonrisa en el rostro—, su historia es la de un incansable luchador que, a base de esfuerzo y de constancia, se ha labrado una vida de la que se siente completamente satisfecho.