Mente privilegiada en Múnich

La ingeniera de diseño industrial Lucía Pérez Alonso se ha adaptado a la perfección a Baviera, una zona de Alemania donde la joven mengibareña puede desarrollar su profesión, actualmente en una firma junto con su marido

01 oct 2017 / 11:45 H.

Lucía Pérez Alonso es una brillante joven de Mengíbar que reside, desde febrero de 2014, en el estado federal de Baviera, en Alemania. La ingeniera en diseño industrial afincada en Múnich explica: “No tenía un plan definido de futuro laboral ni tampoco conocía nada del idioma alemán. Pero comencé trabajando en una empresa de diseño de producto en inglés, donde tuve la suerte de caer en un equipo muy majo donde aprendí mucho de todos ellos”. Se muestra sorprendida de los pocos días que tardó en aclimatarse al frío invierno de la zona próxima a los Alpes. “A las pocas semanas conocía a todos los vecinos del barrio. Por fortuna topé con gente encantadora”, valora. La profesional indica que eligió esta parte del país por su gran tejido empresarial, con muchísimas oportunidades laborales. “Además me apetecía en ese momento aprender un nuevo idioma desde cero, que conseguí dominar al par de meses de llegar”, añade, satisfecha.

Está contenta de ejercer la carrera que estudió en España. Empezó en una empresa de diseño de producto, encargada del control de calidad de artículos biomédicos. “A los pocos meses me ofertaron un puesto en una compañía de investigación y desarrollo de sensores, donde mi trabajo era certificarlos en laboratorio. Estos pasaban desde la industria aeronáutica, carreras de competición o médica”, resume. Dice que era una tarea muy interesante que dejó para estar junto a mi marido, en un interesante proyecto. “Actualmente tenemos una firma de diseño de producto, llamada Rohrssen Engineering & Design, donde ofrecemos servicios que abarcan desde la idea conceptual hasta el comercializado del producto. Lo gracioso de esto es que dentro de la empresa se han de dominar tres idiomas: alemán, inglés y español, pero este último se hace con un acento muy andaluz del que nos enorgullecemos”, señala.

Pérez considera que su estancia en tierras bávaras es “sin billete de vuelta”. Detalla: “No era la primera vez que salía de España por mi cuenta. Desde hace más de doce años me apasionaba (y lo sigue haciendo) el mundo de la cooperación internacional. Donde siempre que podía colaboraba con asociaciones como Ingeniería Sin Fronteras o instituciones como la universidad de Málaga. Desde que resido en Alemania hago otro tipo de viajes, ya sea por trabajo, cuando he de vivir varios días o semanas fuera de casa, como por vacaciones. En este último caso nunca repito por más que me haya gustado un sitio. Me frustra la idea de morir y no conocer ni la infinita parte de la cantidad de culturas que hay en la Tierra”, manifiesta la mengibareña.

Pese a que afirma no hacer planes a largo plazo sí que tiene claro quién desea su compañero para el resto de la vida. “El resto de proyectos tanto personales como profesionales los voy fijando a corto plazo. No he dejado de formarme desde que terminé la titulación universitaria, aunque eso significara reducir horas de sueño o tiempo de ocio, así que diría que mi plan de futuro sería seguir formándome para cambiar, en la medida de lo posible, aquello que me enerva y considero que no debería funcionar así”, remarca la brillante ingeniera.

Lucía Pérez, que termina este fin de semana una breve estancia en España, echa de menos a la familia y los amigos, pero también el penetrante olor a olivos. “Encontré un olor similar en un par de islas griegas hace algunos años, pero no tiene comparación”, admite. Igualmente añora “salir de tapeo a base de chatos de vino en buena compañía”. “Aquí se cambian por cervezas de medio litro”, apunta, en unos días en los que disfruta de su país.

gente con iniciativas

Más allá de los estereotipos y los tópicos, Lucía Pérez subraya de los alemanes sus ganas de avanzar tecnológicamente y, en lo personal, el peso de la familia que repercute en la carrera profesional. “Para una mujer, por ejemplo, existen muchas posibilidades de conciliación, sin renunciar a ser madre o aplazarlo si realmente quiere seguir en el mercado laboral. Hay desde reducciones de jornada hasta guarderías que suplen las necesidades de este tipo de familias, dice. A diferencia de España, ve facilidad de encontrar empleo y ayudas que funcionan para trabajar por cuenta propia o ajena. La economía se mueve por la cantidad de pequeñas y medianas firmas gracias a sinergias: el fomento emprendedor y las ganas de avanzar juntos. Las grandes empresas alemanas de renombre internacional son familiares, algo que comienza con una pequeña idea que crece, poco a poco, gracias a parientes y amigos.

análisis electoral

De las elecciones del pasado domingo, Pérez indica que aún no está claro cómo será el futuro político de Alemania: “Habrá que esperar hasta mediados de octubre para ver resultados factibles. Los grandes partidos han dado un bajón considerable mientras que los pequeños han subido, lo que quiere decir que la población quiere ver proyectos nuevos”. Como primera potencia económica dentro de la Unión Europea, cree que se buscará una solución en el menor tiempo posible, con coaliciones y formaciones de gobierno variopintas. Del tripartito llamado “Jamaica”, con conservadores de la CDU/CSU, verdes Bündnis 90/Die Grünen y amarillos del FDP, partido libre con políticas neoliberales, cree que puede salir una mezcla interesante, pues las ideas ecologistas contrarrestarían la subida de la derecha, como en Austria.

un fructífero viaje en moto por europa de más de 6.000 kilómetros en menos de tres semanas
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A Lucía Pérez le encanta viajar. Así que en una de sus escapadas en moto recorrió más de 6.000 kilómetros en menos de tres semanas. Desde Múnich hasta Estambul, ida y vuelta, con un buen rodeo por Europa. “Fue el desplazamiento menos preparado de toda mi vida y en el que más vivencias tuve. En toda la zona de los Balcanes, hay una gran cantidad de gente que habla español gracias a los culebrones sudamericanos, lo que ayudó puesto que nadie habla inglés”. De las impresiones captadas refiere que Serbia no guarda rencor a España y que Albania está en pañales en muchos temas, pero dentro de unos años no dudo que dará “un pelotazo” en muchos sentidos hasta ser equiparable a Croacia o Montenegro, como mínimo en el plano turístico. “Lo gracioso fue que en todas las fronteras que atravesamos la misma Policía y el control fronterizo nos iban felicitaban y animaban, momentos interesantes cuando van armados hasta los dientes y no estás segura de si te iban a detener o a dar la mano y ofrecer un café caliente”, acaba.

feliz con “pablo”
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Su marido le pidió matrimonio en el Zugspitze, el pico más alto de Alemania, a pesar del miedo que ella tiene a las alturas. Forma con “Pablo” —el nombre con el que ella lo llama— Rohrssen, un germano “de ascendencia vikinga” un tándem perfecto. Juntos comparten el negocio y las grandes aficiones.

gusto por ver mundo
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Las vacaciones son para disfrutarlas y ver mundo. Entre los muchos países en los que ha estado la mengibareña se encuentra Marruecos. En la imagen aparece con un dromedario. Su intención es aprovechar el tiempo al máximo para conocer de qué manera se vive en otros lugares y cómo son las culturas distintas a la europea.

mucha adrenalina
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A la jiennense la apasionan, por un lado, las motos, con las que hace escapadas a distintos lugares y, por otro, el parapente. De esta manera puede estar cerca de las montañas, que proliferan en la parte meridional del estado federado de Baviera, por donde se extienden los Alpes, cubiertos muy a menudo de nieve.

cara de la solidaridad
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Su implicación con la organización Ingeniería Sin Fronteras llega a tal nivel que apareció, con otras dos compañeras, en uno de los “mupis” de publicidad instalados en la ciudad de Málaga. Para Pérez la solidaridad es una parte importante de la vida, que le permite ayudar a personas y países que se encuentran en dificultades.