Naturaleza salvaje

Por las tierras que transitó Julio Millán en su misión diocesana en Ecuador emerge una portentosa vida salvaje. Paisajes maravillosos y fauna sobrecogedora

24 mar 2019 / 11:13 H.

Sobrecoge la selva por su frondosidad y también por su temperatura, humedad que empapa vestimentas y, al mínimo esfuerzo, los poros se convierten en manantiales. Ecuador, que debe su nombre a su situación geográfica porque en él se encuentra precisamente la mitad del mundo, la división entre hemisferio norte y hemisferio sur, es un país lleno de contrastes. Tiene inmensas playas y a su bandera están adscritas las islas Galápagos, la cordillera de los Andes atesora montañas y altiplanicies únicas en el mundo y hay una parte ecuatoriana, lindante con Colombia y con Perú que es el germen del río Amazonas, ya en Brasil, con unos caudalosos afluentes que transitan selvas indescriptibles. En el viaje que Diario JAÉN ha realizado para conocer esas lejanas tierras por las que transitó en su periplo diocesano el cura Julio Millán y que ahora mima desde la oenegé Mensajeros de la Paz, los periodistas se han encontrado con esos fuertes contrastes de un país de playa, sierra y selva en apenas unas horas de coche por unas carreteras generalmente con buen trazado y bien conservadas. Aunque eso sí, las lluvias que acompañan cada tarde en la selva pueden hacer el viaje complicado por avenidas y grandes piedras inesperadas en la calzada. Esta página reproduce algunas de las bellas estampas, tanto en flora como en fauna, que ha captado la cámara del periódico y que compartimos con los lectores de Diario JAÉN. Naturaleza salvaje, desde luego; en estado más puro, imposible.