Oportunidades aprovechadas

La linarense Mírian Ulloa sacó el máximo partido a las becas para estudiantes, con las que fue a Reino Unidos, Estados Unidos y finalmente Alemania, donde se quedó tras terminar los estudios y encontrar trabajo

26 ago 2018 / 11:12 H.

Pocos son los continentes que le quedan por visitar a Mírian Ulloa. Esta linarense aprovechó todas las oportunidades que se pusieron a su alcance para ver, disfrutar y aprender del resto del mundo. Así, mientras estudiaba la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones, solicitó varias becas para ampliar sus estudios más allá de la Escuela Politécnica Superior de Linares, las cuales la llevaron desde Reino Unido a Estados Unidos y, finalmente, Alemania.

Su primera parada en el país germano fue en una ciudad cercana a la conocida Frankfurt, en la que estuvo hasta abril de este año, cuando se mudó a Dresde, un a población del este alemán. Ulloa decidió quedarse ahí tras terminar su erasmus, ya que encontró trabajo en una empresa alemana. La linarense indica que en su puesto en la empresa está muy relacionado con lo que estudió en la carrera, ya que se encarga del diseño de microchips. Para esto, cuenta que el doble máster que realizó entre España y Alemania gracias a un convenio de la UJA le sirvió de base para saber cómo afrontar su puesto actual. “Ahora mismo estoy muy a gusto en mi trabajo. Aunque no sea del campo exacto del que estudié. Todavía tengo mucho que aprender, pero en Alemania son muy pacientes para eso, te enseñan bastante bien y te forman bien”, dice Mírian Ulloa.

Respecto al sistema de trabajo, Ulloa comenta que el alemán se basa mucho más en la confianza en los empleados que el español. Según afirma, en este país hay mucha más libertad de horarios que en España y añade: “Yo entro y salgo al trabajo cuando quiero, y por lo que he escuchado es algo común. Yo tengo que estar en la oficina de diez a tres, pero esto es porque quieren que la mayoría de empleados entren a esa hora, porque puedo entrar a las seis de la mañana y salir a las tres”. Asimismo, Ulloa apunta que en su empresa le dan mucha flexibilidad a la hora de trabajar durante más horas un día para, al próximo, salir antes. “Lo que yo hago también es echar horas extras y para las vacaciones tengo dos días más”, confiesa. Una de las anécdotas que Mírian Ulloa recuerda de trayectoría en la empresa es cuando, al principio de entrar, me puso muy enferma y todos le decían que se pidiera una baja, pero ella tenía miedo de que por esto la puedieran echar. Al final, fue su propio jefe quien la obligó a cogerse la baja. Con esto, explica que la confianza en los trabajadores en Alemania llega hasta tal punto que “hay muchos españoles que usan esto como motivo de vacaciones, porque aquí se lo creen”. “Aquí vas al médico y si dices que te duele la cabeza y necesitas cinco días de baja te contesta que te dan seis por si acaso”, comenta.

En estos tres años que la linarense lleva en el país germano pudo conocer a una gran cantidad de españoles. Al principio, solo eran estudiantes de erasmus, pero desde que se trasladó a Dresde se encontró con varios españoles que trabajan en el país, los cuales son, en su mayoría, menores de 30 años.

Por otro lado, Mírian Ulloa destaca que los hábitos de vida en Alemania están muy ligados a la naturaleza que, por norma general, suelen rodear sus ciudades. “Tienen una impresión de la naturaleza, del reciclaje y todo lo bio muy grande. Aquí hay bio por todos lados”, manifiesta. Así, afirma que la cultura más saludable y sostenible marca mucho el ritmo de la vida de los alemanes. Aunque, por otro lado, también remarca que tienen la cerveza, las salchichas y la carne empanada. Eso sí, este tipo de gastronomía no fue un problema para la linarense, quien confiesa que le gusta probarlo todo y que, como le encanta comer y cocinar, disfruta de todo lo que el país le ofrece.

Simpatía
y poco sol

Para Mírian Ulloan, los alemanes son muy simpáticos. Dice que en su empresa la gente es muy amable y que su jefe es tan bueno que se pasa el día queriendo darle abrazos. “No te da en ningún momento esa sensación de jefe autoritario”, añade. “Son muy amables, simpáticos, te suelen hacer sentir como iguales”, destaca. Sin embargo, declara que, en la calle, mucha gente es “muy borde, son mucho más fríos”. Señala que ha notado que las mujeres mayores de Alemania son menos simpáticas que los hombres. Respecto al clima, manifiesta que lo peor fue al principio, ya que en la ciudad donde estaba antes a penas se ve el sol. “Llueve y llueve, me pasé el primer año sin ver el sol de octubre a abril”, dice. Por otro lado, apunta que el clima está mejorando con el cambio climático. “Estas semanas, cuando en Jaén llovía, aquí hacían treinta y tantos grados”, confirma.

formas de diversión

La forma de divertirse es muy diferente en Alemania con respecto a España. Mírian Ulloa indica que de salir de fiesta es imposible porque lo cierran todo a las tres. Por eso, lo que más se suele hacer es ir a los parques a beber cerveza y la linarense añade que tienen infinitos juegos de beber cerveza. Algo que supone un problema para ella, pues la cerveza no le gusta para anda. “Intenté adaptarme a ella, pero no hay manera y esto me limita mucho para poder juntarme con alemanes”. Es por este motivo que suele salir con un grupo de amigos más internacional, porque los alemanes, en ese sentido, son “muy cerrados” y Ulloa no habla alemán. A raíz de esto, cuenta que en este país beber en la calle es legal, pero no se hacen “macrobotellones”. Otra cosa muy común es hacer barbacoas en los parques o junto a los lagos cercanos.

Con la maleta de viaje siempre lista para el siguiente destino en busca de experiencias
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La primera parada internacional que hizo Mírian Ulloa gracias a las becas fue en Gran Bretaña con una MEC (beca del Ministerio de Educación). Allí estuvo un mes y medio viviendo, cuando tenía 17 años, con una familia mientras estudiaba inglés. Aproximadamente dos años después, la linarense se convirtió en una de las pocas afortunadas que volvió a recibir una MEC cuando cambiaron el sistema para obtenerla por la nota de la Universidad. En esta ocasión, se fue dos meses a Nueva York, Estados Unidos. Después, pidió una beca intercontinental con la que se fue a estudiar durante un semestre a Orlando, Florida. Aquí, Mírian Ulloa vivió en una residencia dentro del campus y declara: “Aquello era muy guay. Me tiré los seis meses pensando que estaba en una película americana. Las cuales no están exageradas, son completamente así”. Afirma que había una fraternidad que todas las niñas eran “pijas” y rubias, pero la jefa era morena. “Totalmente el prototipo americano”, subraya. Tras esto, Alemania fue su siguiente parada.

Como una niña pequeña
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Durante sus estudios en Florida, Mírian Ulloa fue a ver un partido de rugby. Declara que ese día se sintió como una niña pequeña y añade: “Lo disfrute un montón porque no me esperaba que fuera tanto como en las películas”. Además, en el partido dieron comida, bebida y camisetas gratis. Un “paraíso para españoles”, dice Ulloa.

primer viaje juntos
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Fue en Alemania donde Ulloa conoció a su novio cuando estaba de erasmus al final. “Nosotros pensamos que sería solo una relación erasmus, pero ya llevamos tres años”, comenta. Esta imagen es de su primer viaje juntos, pero no el último, ya que la linarense afirma que después se vieron mas de media Europa viajando juntos.

el encanto de berlín
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Una de las ciudades que visitó por Europa y que más le gustó fue Berlín. De este lugar afirma que le encantó, no solo como ciudad turística, ya que tiene mucha historia, sino también para vivir. La capital alemana es, según Mírian Ulloa, una ciudad con mucho encanto. En ella destacan monumentos como la Puerta de Brandeburgo.

Resaca en Wiesbaden
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Las becas Erasmus no solo sirven para estudiar y aprender otras cultura, también para conocer a personas con las que vivir divertidas experiencias. Esta foto corresponde a una excursión erasmus a Wiesbaden, capital del estado de Hessen. “La verdad es que estamos tirados porque teníamos resaca del día anterior. Es curioso”, bromea.