Ruta hasta la Peña Amusgo
Es un peñasco colosal visible y reconocible desde todo el valle del Guadalquivir. Este ascenso nos va a situar en uno de los balcones más espectaculares sobre El Tranco
Cómoda y preciosa esta subida hasta Peña Amusgo. Es un peñasco colosal visible y reconocible desde todo el valle del Guadalquivir. Las fuerzas de la naturaleza han actuado sobre él haciendo de estos dos salientes uno de los escarpes emblemáticos de la Sierra de Segura. Aunque pueda parecer fácil el ascenso a su cima, no lo es. Si se asciende a su cumbre, debe tenerse una buena forma física y carecer de vértigo. Si la piedra está mojada, ni siquiera hay que intentarlo. Este ascenso nos va a situar en uno de los balcones más espectaculares sobre el pantano del Tranco.
Para acceder al inicio de la ruta, nos desplazamos tomando la carretera A-319 que cruza el Parque Natural de Cazorla, Segura, Las Villas y el Pozo, hasta el camping de los Llanos de Arance, en el kilómetro 53,800. Avanzaremos por la pista que bordea la isla de Cabeza la Viña, en el pantano del Tranco, durante 6 kilómetros. Llegaremos hasta un olivar abandonado; sobre una curva muy pronunciada de la pista y una zona de pasto sin vegetación, donde se sitúa el cortijo de la Venta del Segaor.
Capitaneados esta vez por un magnífico “mano a mano” entre Agustín García Martínez y Luis Cano, hicimos este ascenso dejando el vehículo en la Venta del Segaor. Se comienza con un pronunciado ascenso, entre un olivar abandonado hasta entroncar con una senda que nos guía hasta un maravilloso camino ahormado. Este nos irá elevando por la cuerda de una loma, donde se sitúa el cortijo denominado Erilla del Tío. Aparecen, casi contiguas, dos hermosas eras, en muy buen estado de conservación. El camino nos subirá, paralelo al barranco del arroyo de la Cerrada, hasta el collado donde confluyen los caminos que desde El Artuñedo y Pontón Alto conducen a este fotogénico peñón.
Este sensacional y emblemático balcón regala una de las vistas más espectaculares del Tranco. El descenso lo realizamos bordeando el peñón, para conectar, de nuevo con camino de MacKay(1), que aunque deteriorado y que se dirige a la Casa Forestal de las Hazas, nos llevará plácidamente al arroyo Frío (no confundir con la zona turística, también así llamada). En el descenso, iremos visitando los preciosos cortijos de los Periquillos y de los Encorvillos, ya muy cerca de la venta del Segaor. Es una ruta muy bonita, por buenos caminos (excepto el entronque desde el olivar) y que permite finalizar a mediodía.
(1) Enrique Mackay fue un prestigioso ingeniero de Montes responsable de la ordenación de los montes de la sierra de Cazorla y el Pozo durante la primera mitad del siglo XX. Alcanzó elevados cargos de la Administración Forestal del Estado y en la Escuela de Ingenieros de Montes. En esta ordenación, impulsó decididamente la repoblación del todo el parque dotándolo de Casas Forestales que controlaban los trabajos y magníficos caminos carreteros de piedra, que las comunicaban, los cuales se mantienen en muy buen estado.