... Sobre mojado

Cuando aún no se habían recuperado de las inundaciones por “El Niño”, el trágico terremoto de Ecuador sorprendió a los habitantes de Playa Prieta. El Hogar de Belén quedó destruido y seis personas perdieron la vida

    30 abr 2016 / 20:23 H.

    El pasado martes 12 de abril recibíamos con tristeza la noticia que debido a las fuertes lluvias provocadas por el “fenómeno del niño” el Río Chico de Manabí (Ecuador) desde su nacimiento estaba teniendo crecidas impresionantes arrasando a su paso todas las poblaciones e inundando, como nunca las tierras que se encontraban a sus márgenes. En seguida llegó la ayuda y a pesar de que se desbordaron todas las previsiones, no hubo que lamentar pérdidas humas. La población, acostumbrada a levantarse una y otra vez, en cuanto bajó el nivel de las aguas comenzó con la limpieza y rehabilitación de viviendas. Muchas familias habían perdido todos sus enseres, camas, colchones o electrodomésticos.

    La noche del día 16, la tierra tembló con una violencia inusual, 7,8 en la escale Ritcher, en una zona acostumbrada a seismos de hasta 4,5 como algo normal. Amanecimos con el corazón encogido y el alma desgarrada por el dolor y la incertidumbre. El edificio que fue nuestra casa durante cinco años en Playa Prieta se había derrumbado sepultando a cinco jóvenes y una religiosa. Amigos heridos, desaparecidos, otros muy queridos, tristemente fallecidos. Las imágenes que con cuentagotas iban llegando a nuestros teléfonos, apocalípticas. Una joven que fue de nuestras niñas en el Hogar de Belén nos dice entre lágrimas: “No existe Portoviejo, todo está destruido”. Jorge nos reporta desde Pedernales: “No queda nada, cientos de personas aplastadas, niños perdidos, llanto y desolación”. Yuris nos indica: ”Estamos durmiendo en las lomas, a la intemperie por miedo a las réplicas. En el día bajamos a las casas a quitar escombros y ver qué podemos hacer”. Eliana tiene acogidas en su pequeña casita que quedó en pie a toda la familia del pueblo, nos comenta: “Todo se perdió, no tenemos comida, ni agua potable y no llegan las ayudas”. Byron, joven médico al que ayudamos a estudiar su carrera: “Quien tiene familiares fuera se está yendo y la impresión es de mayor desolación”. Gemita: “El padre me llamó y fui al dispensario de la catedral; allá llegaron las hermanas heridas y le realicé las primeras curas y suturas. Hubo que derivarlas a Guayaquil porque acá los hospitales estaban colapsados”. Imágenes de Portoviejo, Pedernales o Manta dramáticas, lo que antes fue belleza ahora es escombro y sufrimiento.

    Desde el primer momento estamos localizando a cientos de conocidos, para decirles: “No estáis solos, os queremos, os tenemos presentes, estamos pendientes de vosotros...” Desde la distancia y la impotencia intentamos transmitirles, cariño, esperanza, amor, interés por su dolor y su dura realidad. Cuando les preguntamos qué podemos hacer, sin dudarlo nos contestan una y otra vez: “recen por nosotros, necesitamos sentir sus oraciones cerquita, que estén acá a nuestro lado.”

    Han pasado quince días y nos cuenta una joven doctora, con vocación misionera: “En medio de toda esta catástrofe Dios se ha hecho presente con mucho amor, es increíble la ayuda recibida, tanto cariño de personas desconocidas... Es algo hermoso que nos da fortaleza y ánimo para seguir. Me siento bendecida por haber estado de turno esa noche del sismo, es como haber sido escogida para organizarnos con mis compañeros y brindar la mejor atención. A nuestro alrededor brotan manos generosas, sonrisas sinceras, buenos deseos. Los primeros días me daban ganas de llorar de ver tantas y tantas personas afectadas; pero ahora siento ganas de llorar al ver la respuesta cariñosa de tanta gente.”

    No podemos quedarnos en eso, desde “Latiendo con el Sur” os pedimos vuestra ayuda, vuestra solidaridad, que vuestros corazones vuelquen su latir una vez más con quién lo está pasando tan mal. Seremos una gota de esperanza en la inmensidad, seguro, pero vuestras ayudas tendrán nombre y apellidos. Os dejamos nuestra dirección de facebook https://www.facebook.com/latiendoconelsur/ y nuestro blog https://latiendoconelsur.wordpress.com/ donde si queréis encontrareis cómo ayudar. Sabemos que las grandes ONGs ya están en ello. Nosotros queremos ir directamente a nuestra familia de Playa Prieta y Riochico.

    inundación antes del terremoto
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    La inundación precedió al terremoto del pasado abril en la costa ecuatoriana. El pueblo de Playa Prieta, donde viven y dirigimos una obra socio-educativa Ana y Antonio, se inundó completamente.

    pérdida de vidas humanas
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    La escuela “Sagrada Familia” también sufrió la inundación y el posterior terremoto. En este desastre perdieron el mobiliario, pupitres, puertas, construcciones. Y lo más triste, la vida de una religiosa y de cinco chicas. En la imagen, dos de las fallecidas.

    solidaridad en todas partes
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    Los que tienen algo comparten con los que no tienen nada. La ayuda internacional empieza a llegar. En las cajas de medicinas y latas, los ecuatorianos de otras provincias mandan mensajes de esperanza.

    destrucción en manabí
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    El terremoto dejó destrucción generalizada en Manabí. Muchas personas lo han perdido todo.

    Algunos amigos han perdido la vida.

    Entre ellos, nuestra amiga Viky y su hijita, que en el momento del terremoto se encontraban en Portoviejo.