Solidaridad a borbotones

HEMATÓLOGO

21 may 2017 / 11:22 H.

Si Marisol Escribano es el cerebro de “Pídeme la Luna”, como fundadora y presidenta, el alma de la asociación son las decenas de voluntarios sin los cuales la junta directiva —reconoce su tesorera, Isabel Castro— se vería “muy apurada” para poder desarrollar las muchas actividades que se organizan en pueblos de la provincia con el fin de recaudar fondos y hacer realidad los sueños de los niños enfermos de cáncer. “Son una parte fundamental”, sintetiza Castro, que, desde Arjonilla, coordina también a una treintena de voluntarios de este municipio, además de Arjona, Porcuna y Andújar.

En los eventos, los voluntarios venden merchandising de la asociación, calendarios, lotería... Cuando es necesario, se echan a la calle para hacer apostolado de “Pídeme la Luna” y de su bonita misión. Acompañan a los niños en las actividades extrahospitalarias y, a las puertas de la Navidad, también adornan las plantas del hospital Infantil para que los menores se contagien de su espíritu.

Antes de ingresar en la ejecutiva de “Pídeme la Luna”, Javier Muñoz fue voluntario. Junto con su mujer, recaló en la asociación tras una experiencia traumática. En 1999, una leucemia les arrebató a su hijo de 7 años. “Te quedas como en estado de shock. Ya no quieres saber nada de nada. Para nosotros, la vida no era fácil. Se nos complicó todo en todos los sentidos. Hasta en el plano laboral”, recuerda Javier. “3 o 4 años” después, empezaron a remontar. Y, entonces, un día, se cruzó de nuevo en sus vidas Marisol Escribano. Les explicó que iba a crear una asociación. “¿Por qué no me echáis una mano?”, les pidió. “Y, a partir de ahí, empiezas a picar y llevamos en ‘Pídeme la Luna’ desde que se fundó hasta ahora”, dice Javier, complacido. Es el responsable de Merchandising y no escatima proponiendo actividades.

“A nosotros nos aporta muchas cosas y casi siempre son todas buenas, buenas, buenas”, sintetiza. El trabajo que hay detrás de cada sueño es “muy grande” y lo hacen de forma altruista. Como indica Castro, los requisitos de un voluntario son la responsabilidad para implicarse en las actividades que se organizan y que tengan un gran corazón. Lo que reciben —agrega Javier y lo proclama Marisol Escribano allá por donde va— “es mucho más” de lo que dan. “Hemos visto casos de niños que se nos han ido, otros que se han curado, otros que han recaído, y la satisfacción al verles las caras, llenas de ilusión, y las risas no tiene precio. Cuando las vemos, se nos olvidan lo que cuesta cumplir los sueños”, señala Javier. Además del voluntariado que se realiza en los municipios y que es fundamental, hay otro que se creó el año pasado y que se desarrolla por las tardes en la planta de Oncología del hospital y que tiene el objetivo de acompañar a los niños y hacerles más amable su estancia.

Su coordinadora, la enfermera Pepa Albacete, precisa que, actualmente, hay siete voluntarios. Todos ellos son jóvenes y cinco cursan estudios en institutos de la capital. Juan Carlos Ángeles Santiago (17 años) es uno de ellos. Fue su tutora, en el instituto Jabalcuz, la que, a mediados del curso pasado, los animó a hacer algún voluntariado. Él optó por hacerlo con niños con cáncer. Asegura que, desde el principio, lo embargó el sentimiento de saber que estaba ayudando: “Los niños te sonríen solo porque vayas y les coges cariño”. Sus tareas como voluntarios consisten en acompañar a los menores hospitalizados durante unas horas en la tarde, jugar con ellos y entretenerlos para que se olviden del entorno en el que están, indica Albacete, que, entre los consejos que les da, destaca: “Que sean educados, correctos y prudentes. Que no se metan en las vidas personales y que tengan alegría”.

Pero si los voluntarios son importantes, la gente que participa en las actividades de “Pídeme la Luna” y hace sus donaciones son “lo más de lo más”. “Los voluntarios se pueden mover mucho, pero si la gente da la espalda y no echa la monedita, el desánimo sería total. Dependemos de ellos”, resuelve Castro.

“Es la esperanza que no podemos dar con sueros”