Testigo de la belleza

La poceña María del Carmen García Moreno, directora de la OCA de Baza (Granada) capta con su cámara múltiples instantáneas que le permiten inmortalizar la trashumancia, una realidad e la que es una gran defensora

10 sep 2017 / 11:23 H.

La premisa de María del Carmen García Moreno es que de una realidad bella tienen que salir imágenes bonitas. Por ello, esta veterinaria de Pozo Alcón, directora de la Oficina Comarcal Agraria (OCA) de Baza, en Granada, lleva años captando con el objetivo de su cámara la realidad de la trashumancia. De esta manera, la profesional cuenta con cientos de imágenes que le permiten reivindicar una realidad en regresión que tiene en Jaén uno de sus máximos exponentes en España.

Su pasión por la fotografía y por la actividad pecuaria extensiva facilita que, desde hace una década, retrate el periplo de los trashumantes. “He ido escuchando a través de los ojos esa práctica ganadera que consiste en la búsqueda de la eterna primavera”, resume la experta. Para empezar indica que la trashumancia es considerada, en un sentido amplio, el desplazamiento oscilatorio del ganado entre áreas de producción vegetal complementaria (en invierno se desplazan hacia las tierras bajas de la campiña para regresar a las majadas del estío a mediados de la primavera), aún con un papel relevante en la provincia no solo como medio de vida sino también como mantenedora de recursos y paisajes de gran interés patrimonial y estratégico.

García destaca que el origen se remonta probablemente a las migraciones de los herbívoros salvajes, antes de la domesticación neolítica, y obtuvo un reconocimiento legal cuando Alfonso X, en 1273, creó el Honrado Concejo de la Mesta donde se regulaba la anchura legal de las vías pecuarias — todavía hoy subsiste a lo largo de 125.000 kilómetros y más de 400.000 hectáreas en la Península—. En Andalucía esta extensa red alcanza los 33.000 kilómetros y se dividen, según su anchura, en cañadas (75,22 metros o 90 varas), cordeles (37,5 metros) y veredas (20). “Luego hay otras denominaciones de menor anchura. Las vías pecuarias en España son como el sistema circulatorio de nuestro organismo y en algunos ‘órganos’ son especialmente significativas. Pensad que en España hay 50 pueblos que en su nombre contienen la palabra Cañada y seis que contienen la palabra vereda por la importancia del paso de la ganadería por sus términos”, detalla. La profesional ejemplifica la importancia de la ganadería en la historia de España con dos hechos: en el Siglo XIV la lana era el único producto que generaba divisas y el segundo, que en el XVII se trataba de la única materia española que cotizaba en la bolsa de Ámsterdam.

La relevancia de la ganadería extensiva quedó refrendada el 7 de abril de 2017, cuando el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto por el que se declara la trashumancia como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. “El reconocimiento llegó porque constituye en la actualidad un patrimonio vivo, pese a la gran reducción de la cabaña trashumante y de los cambios en esta actividad. En diversos espacios de la geografía española esta manifestación se sigue desarrollando de manera tradicional, con el desplazamiento a pie del ganado”, subraya.

Además de haber contribuido a conformar la identidad cultural de muchos territorios de España, la actividad trashumante ha originado un rico patrimonio cultural y etnográfico, reflejado en fiestas y tradiciones, en la toponimia, en la gastronomía y en toda la arquitectura relacionada con esta actividad. La experta agrega: “También las manifestaciones de la tradición oral, la artesanía y las técnicas de pastoreo tradicional, así como la ordenación de los pastos en el marco del derecho consuetudinario son elementos de la cultura trashumante que esta actividad ayudó a transmitir a su paso por los diferentes y distantes territorios peninsulares. De esta manera, la trashumancia ha sido tradicionalmente un mecanismo de intercambios culturales entre los diferentes territorios de la Península. A través de la amplia red de vías pecuarias, se produjo la transmisión de noticias y conocimientos, resultando que a lo largo de los diferentes territorios se genera una cierta homogeneidad cultural derivada de las interrelaciones sociales y culturales que este pastoreo producía”.

María del Carmen García explica que, a pesar del estado de deterioro generalizado de la red viaria, el espacio histórico de desarrollo de la práctica del pastoreo incorpora un conjunto de valores de alto interés patrimonial, pues además de por su importancia histórico-cultural, la trashumancia tiene una serie de características ambientales destacables, al cumplir las vías la función de corredores ecológicos. Al mismo tiempo, toda la red pecuaria tiene en la actualidad un fuerte potencial turístico y recreativo por su utilización para el desarrollo de actividades al aire libre.

Actualmente, la trashumancia está en declive al igual que la ganadería y solo en ciertas comarcas de España se mantiene activa, con el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas el principal núcleo de ganaderos trashumantes de toda España. Aproximadamente 50 ganaderos (principalmente del municipio de Santiago–Pontones) con unas 24.000 cabezas realizan unos 75 kilómetros a pie con una duración de entre los 7 y 10 días hacia las dehesas de Sierra Morena. Utilizan los pastos de las altiplanicies del Parque (como son los Campos de Hernán Pelea) en los meses de verano y otoño y los dejan descansar las estaciones de invierno y primavera, épocas, en las que la relativa cercanía de zonas complementarias desde el punto de vista climático y, por tanto, en cuanto al aprovechamiento de los pastos (Sierra Morena), ha favorecido un esquema “transversal” de movimiento pecuario característico. “El ganado que mueven principalmente es el ovino de raza segureña aunque también hay que destacar rebaños con razas ganaderas en peligro de extinción como son en el caso del caprino la negra serrana y la blanca andaluza y en el del vacuno, la pajuna, la negra andaluza y la berrenda en negro. Destacable igualmente, es la presencia de dos ganaderías de lidia”, afirma.

Desde el punto de vista económico, la fotógrafa y veterinaria asevera que los desplazamientos estacionales (de diferentes especies y razas autóctonas, que incluyen al ganado bravo) generan una importante actividad económica y constituyen un elemento modelador y conservador del paisaje a la vez que combina una sabia utilización de los recursos naturales (pastizal, razas ganaderas y biodiversidad) con los conocimientos locales sobre los usos del tiempo y del territorio, en perfecta armonía con el medio ambiente. Por ello desea que esta práctica ancestral no desaparezca.

Un sólido currículo
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María del Carmen García es licenciada en Veterinaria y funcionaria del Cuerpo Superior Facultativo de la Junta de Andalucía. La directora de la OCA de Baza ha trabajado durante años en distintos ámbitos de la disciplina veterinaria tanto en la empresa privada —por ejemplo, a través de la Asociación de Defensa Sanitaria Ganadera, el Centro Innovación y el Grupo de Desarrollo Regional— como en diferentes puestos en la administración pública. Igualmente, ha colaborado en multitud de proyectos nacionales e internacionales (en Chile, Cuba, México, Marruecos y Argentina).

Varios exposiciones

La calidad y la belleza de las fotografías obtenidas por María del Carmen García le han permitido exponer sus obras en varias ocasiones. Una de las más destacadas fue la realizada en la Feria Internacional para la Producción Animal (Figan) de Zaragoza. Por otro lado, su trabajo también fue disfrutado en el Campus Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), en Baeza. Una de sus muestra fue específica sobre una raza autóctona jiennense, la oveja montesina. Las instantáneas de la profesional han conseguido atraer la atención del público y hacerlo partícipe de la difícil realidad de la ganería extensiva.

Una labor abnegada
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El interés de García por acompañar las migraciones de pastores y ganado es tal que, cada año, suele pedir una semana de vacaciones en primavera y otra en otoño. Aparte de eso dedica a esta pasión muchos fines de semana y muchas tardes. No le importa hacer cientos de kilómetros con tal de tener la oportunidad de contemplar en primera persona estos desplazamientos ancestrales en busca de pastos para el ganado. De esta manera logra documentar la realidad de los trashumantes y obtiene un material que posteriormente facilita la labor de sensibilización de la sociedad y los poderes públicos acerca de la situación.

Galardón en Huelma

Si hay una feria donde se potencien las razas propias y la ganadería extensiva es Expohuelma. En la reciente edición de la convocatoria de Sierra Mágina, María del Carmen García fue reconocida por Diario JAÉN como defensora de las variedades pecuarias en peligro de extinción. La profesional se siente muy satisfecha por lo que considera un espaldarazo a su esfuerzo y el de otras personas del sector enfocado a la preservación de la riqueza que suponen esas razas. También destaca la utilidad de la cita de Huelma para conseguirlo. Por ello, ella es asidua a una celebración de referencia en todo el territorio español.