Tus palabras
pueden ser un regalo

En Amnistía Internacional trabajamos personas que han decidido tomarse la lucha contra las injusticias como algo personal.

Una de las formas en que llevamos a cabo esa lucha es con las palabras. Recuerdo cuando empezaba en mi profesión que visité una residencia de ancianos. Era principio de diciembre y encontré un anciano que se encontraba llorando. Al preguntarle, nos conó que su único hijo le había llamado para decirle que se iban todos de viaje en Navidades y que no podría pasar la Nochebuena con ellos. Después de tratar de consolarle, al irnos, la cuidadora que estaba con él, una joven sudamericana, nos dijo: “No se preocupe, ahora le hablo bonito y se le pasa”. Hablar bonito también es una forma de lucha. Como decía Ales Bialiatski, presidente del Centro de Derechos Humanos “Vyasna” de Bielorrusia, detenido en 2011 en Minsk y liberado en 2014, en la cárcel, lo realmente importante eran las cartas que recibía de gente corriente, o Moses Akatugba, víctima de tortura en Nigeria, que manifestaba: “No conozco a las personas que se están movilizando por mi caso, nunca los he visto, pero grité pidiendo ayuda y respondieron masivamente para salvarme. Quiero dar las gracias a todos los miembros de Amnistía Internacional por su persistencia en la defensa de los derechos humanos y la libertad. Su trabajo me ha dado esperanza para creer en un futuro mejor para todo el mundo”.

En Uzbekistán, Erkin Musaev, detenido, torturado y condenado a 20 años de cárcel de forma injusta, nos hizo llegar “un agradecimiento enorme a quienes no son indiferentes a su suerte, ya que cada palabra significa mucho para él y le da fuerza, optimismo y fe”.

Ali Arraas, marroquí victima de tortura, y a cuya hermana tuvimos el año pasado en Jaén, nos transmitía: “Nunca podrás imaginar lo que para mí significa tu firma. Es la prueba de que piensas en mí, en mi caso, y así es como consigo tener cada día más ánimo y mantener la esperanza”.

Hablar bonito puede ayudar mucho y, por ello, nuestra organización convoca la campaña “Regala tus palabras”, en estas fechas navideñas, para hacer llegar a los presos y presas de conciencia nuestras palabras de solidaridad. Este año queremos que la activista marroquí Wafae Charaf, marroquí de 26 años, miembro de la Asociación marroquí de Derechos Humanos que fue detenida y torturada, el científico iraní Omid Kokabee, sometido a régimen de aislamiento y condenado injustamente, y los jóvenes activistas de República Democrática del Congo Yves Makwambala y Fred Bauma, detenidos por sus actividades políticas, reciban nuestras palabras de apoyo.

Otros años hemos consolado a otros presos de conciencia y seguimos trabajando con el regalo de nuestras palabras. Desde el inicio de esta acción en 1999 se han liberado 38 presos de conciencia de los 51 casos que han sido incluidos en la misma. Nombres como Chen Zheping de China, Majit Tabakkoli de Irán o Chekib El-Khiari de Marruecos jalonan nuestras palabras en años anteriores.