Un trabajo encomiable

El granadino Néstor Prieto Jiménez lleva una década como restaurador de la Catedral de Jaén, una tarea que le permite que el patrimonio mueble del monumento se recupere poco a poco y dé realce al emblemático templo

17 sep 2017 / 16:43 H.

Su labor callada, pero impagable, con frecuencia desconocida para el público en general, es determinante para que la Catedral de Jaén sea lo que hoy es. Néstor Prieto Jiménez trabajada, desde hace alrededor de una década, como restaurador en el templo. Llegó procedente de Granada. En principio por sus planes no pasaba quedarse, pues había llegado, simplemente con motivo de una exposición sobre la Andalucía barroca en la que se intervino en piezas de varias provincias. Sin embargo, le gusto la capital del Santo Reino y, poco a poco, le llegaron encargos, por lo que, al final, se afincó en ella para prestar sus servicios, con apoyo del Cabildo.

Prieto cursó Historia del Arte, pero a raíz de un máster entró en contacto con el mundo de la recuperación de las obras y, de esta manera, hizo Conservación y Restauración de Bienes Culturales, dentro de la Facultad de Bellas Artes de Granada. Está especializado en los bienes muebles.

Actualmente, prácticamente todo su quehacer se realiza dentro del templo catedralicio, aunque, de manera puntual, recibe encargos de fuera.

Casi todo en la catedral. Se trata de una persona polivalente. Aunque, “a priori”, la pintura y la imaginería son su medio habitual de trabajo también tiene que intervenir sobre elementos de platería y, en ocasiones, hacerlo incluso con la piedra y la madera. De cualquier modo ha acabado por dominar cualquier disciplina.

De la Catedral de Jaén pone el énfasis en su inmenso legado de bienes muebles. “Muchas veces la grandiosidad arquitectónica lo eclipsa”, apunta. Por ello, precisa, un patrimonio tan ingente requiere de una dedicación continuada que evite el deterioro de unas piezas de valor incalculable. Así, pese a su constante labor siempre quedan proyectos que acometer.

El experto remarca que, más allá de la opinión que pueda tenerse en la calle de que la restauración de bienes muebles es algo así como “manualidades”, se trata de una tarea sacrificada. Al respecto, indica que trabaja de lunes a viernes. El granadino razona: “Hacen falta muchas horas y hacer las cosas bien para que el resultado sea perfecto y devolver la obra artística al estado original”. De cualquier modo, se siente realizado con su ocupación y ve “interesante” los resultados obtenidos en el templo catedralicio.

Como proyectos, subraya la intervención en la imagen de la Inmaculada de la sacristía. También se refiere a la Virgen de las Angustias de la Hermandad de la Buena Muerte. La imagen mariana se restauró en 2015 y los angelitos el año pasado. También está muy contento con el resultado en “El bautismo de San Francisco”, un lienzo de San Pedro Pascual y los evangelistas de Sebastián Martínez en la capilla de la Virgen de los Dolores y de una pintura italiana recuperada con la Fundación Caja Rural de Jaén. En cuanto a las piezas remitidas para la exposición de la Catedral de Toledo, menciona que se remitieron un báculo y arca mudéjar —esta última se mejoró de manera sustancial—.

Criterios profesionales

Néstor Prieto subraya que su labor como restaurador se ciñe a unos protocolos internacionales muy estrictos. “Nuestro trabajo tiene que ser neutro, de manera que no añadamos ni quitemos cosas a la obra en proceso de restauración”, apunta. Por tal motivo, remarca, también hay un control exhaustivo de los materiales, que deben de ser de tal naturaleza que se garantice que la intervención ejecutada sea reversible si es necesario en el futuro. Uno de los secretos en este gremio es la experiencia, que dota de la práctica necesaria para enfrentarse a un proceso de restauración, así como los conocimientos en la materia.

Obras de tipo profano

Pese a que tiene su lugar de trabajo en la Catedral de Jaén, donde, obviamente, las obras son de tipo religioso, en ocasiones recibe encargos para el exterior que son para piezas profanas. Ese es el caso de la asociación cultural que gestiona los bienes legado por el ducado de Fernán Núñez, en la provincia de Córdoba. En función de su disposición de recursos el colectivo le encarga la recuperación de cuadros y otras piezas. Para Prieto es muy importante trabajar en el propio lugar donde se encuentran las creaciones, ya que los movimientos y desplazamientos de las mismas suponen un serio riesgo de deterioro o de daños.