Un viaje de Bailén a Brístol

Licenciada en Derecho y Administración y Dirección de Empresas por la UJA, Mamen Merino Sanz logra un empleo en el Reino Unido que le permite desarrollar su carrera y descubrir una cosmopolita capital

17 jul 2016 / 11:43 H.

María del Carmen Merino Sanz, una bailenense de 27 años, es conocida por todos como Mamen. Sin ser treintañera, ya es doble Licenciada de Derecho y Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Jaén. Con una vena viajera confiesa, recuerda que, durante su época de estudiante, pasó una temporada en Eslovenia, gracias al programa Erasmus, e Irlanda, durante todo un verano, para conocer nuevos lugares y, cómo no, bromea, “obligada por el famoso y dichoso inglés”. Cuando concluyó su carrera, en 2013, decidió comenzar a buscar trabajo acorde a su formación. “Era el siguiente paso lógico, pero justo en ese periodo, llegó la recesión a España; explotó la burbuja inmobiliaria y, en general, todo. Si para una persona con experiencia era difícil, para una novata, todavía más”, recuerda. Por ello, y, como lamenta, no obtuvo éxito tras un año entero de búsqueda. Lo único que le ofrecían era trabajar gratis o, como mucho, de becaria, por 300 euros al mes en Madrid y en alguna de las grandes capitales de España. Los requisitos eran muchos, recuerda: contar con la carrera adecuada, tener “buena presencia”, algún que otro curso de postrado, un nivel muy alto de idiomas; todo se le antojaba inalcanzable.

“Todo ello me llevó a tomar la decisión de emigrar. Tenía claro que sería a Irlanda o Inglaterra y me decidí por el segundo destino. Tras investigar un poco, gracias a internet, el destino elegido fue Brístol”, aclara. “Es una de las ciudades mejor consideradas para vivir en Reino Unido. Es grande, pero no como Londres, tiene todo lo que necesitas y se nota la influencia de muchos países”, explica Mamen Merino Sanz.

Deja claro que llegó con las manos vacías y optó por ofrecer sus servicios como “au pair”. “Era una opción prácticamente segura. De esta forma, podía tener trabajo y algo de dinero”, comenta. “Pero, después de tres meses, sentía que el trabajo se me quedaba pequeño y, por ello, comencé a buscar un emoleo ‘part time’ por las mañanas, mientras la niña que cuidaba, Eva, estaba en el colegio”, aclara la bailenenense, orgullosa de haber dado este paso. Y es que, de esta forma, encontró su primer trabajo como asistente en Investigación y Verificación de Datos. Fue en una empresa de promoción y publicidad, centrada en la industria de los superyates. Tras una temporada, conseguí un ascenso, como “credit controller”, en el departamento financiero de la compañía y, más tarde, logró otra mejora, al acceder al puesto de “operations administrator”.

“Me fui a Brístol con fecha de ida, con la idea de regresar a España en un año y, actualmente, no tengo fecha de regreso”, deja claro. “Brístol ha podido ofrecerme muchas cosas que, hasta hoy, en España no me han podido dar. No tengo posibilidad de trabajar allí”, lamenta.

En su nueva casa del Reino Unido, Mamen Merino Sanz fue testigo de una de las noticias más importantes de las ocurridas en Europa en las últimas décadas, la victoria de los partidarios de la salida del país de la UE, el famoso “Brexit”. “El ambiente por la ciudad estuvo un poco alterado, a pesar de que Brístol fue una de las ciudades en las que el voto predominante del ‘remain’, es decir, a favor de la permanencia en la Unión Europea, con un 62% de apoyo a esta opción”, analiza. “A pesar de todo este cambio, mis amigos ingleses no han tardado nada en darme su apoyo y mostrar su desacuerdo con los resultados del referéndum. Estamos todos conectados, puedo presumir de rodearme de un círculo íntimo en el que hay italianos, franceses, latinoamericanos”, sostiene, muy contenta, la bailenense viajera.

amigos que ayudan

Uno de los mayores consuelos de esta bailenense es la gran comunidad de compatriotas que hay en el Reino Unido. “Los españoles estamos en todas partes”, deja claro Mamen Merino Sanz, que, a sus 27 años, ya tiene una sobrada experiencia como viajera por el mundo. Sus amistades le proporcionan ayuda siempre que lo necesita, no solo los que vienen de España como ella, sino otros compañeros de distintos países, con los que estrecha lazos a diario. Sus sentimientos son como muchos de los “jiennenses por el mundo” que encuentran fuera de su casa el apoyo de una especie de familia que, aunque no sea de sangre, les proporciona aliento en los momentos más complicados. Uno de las demostraciones más grandes de amistad las recibió recientemente, con los resultados de la consulta para decidir sobre la permanencia en la UE, a pesar de “Brexit”, muchos británicos le mostraron su apoyo y su malestar con el resultado.

La ciudad del puente

La antigua ciudad de Brymoostonnin, que en inglés antiguo significa la “ciudad en el puente”, es la actual Brístol. Tuvo uno de los castillos más poderosos en el sur de Inglaterra bajo control normando. El río Avon pasa por el centro de la ciudad. Desde el siglo XII, es uno los puertos más importantes, sobre todo en el comercio entre Inglaterra y su vecina Irlanda. En el año 1247, se construyó un nuevo puente y comenzó la expansión hasta que, 1373, alcanzó la consideración administrativa de condado. Uno de los capítulos más tristes de su historia fue la Segunda Guerra Mundial, cuando Brístol sufrió muchos daños por los bombardeos de los alemanes. Esto transformó su fisonomía y el original, cerca del puente y el castillo, es hoy en día un parque que contiene dos iglesias bombardeadas y algunos pequeños fragmentos del castillo.

La arraigada cultura de la comida rápida en el día a día del reino unido
idcon=12310953;order=15

Mamen Merino Sanz asegura que se adapta muy bien al clima de Brístol, a su nuevo horario de trabajo, a la idiosincrasia de la ciudad y, en general, a vivir en el Reino Unido. Lo que todavía le cuesta muchísimo, dice, es la cultura de la comida rápida. Esta bailenense estuvo en los Estados Unidos y pensaba que allí ya había visto todo lo que podía imaginar sobre la “fast food”, con sus hamburguesas, sus perritos y sus inmensos refrescos, pero no fue así. “El Reino Unido es un país con una tremenda tradición en este tipo de alimentación. Los intensos horarios hacen bastante difícil ir a casa para almorzar y merendar y, después de una dura jornada, se hace cuesta arriba cocinar la noche anterior para dejarlo todo listo. Esto hace que los bocadillos, los ‘mcdonall’s’ y los ‘starbucks’ sean los mejores aliados de todos los trabajadores”, deja claro esta inquieta bailenense, que trabaja en una empresa vinculada a la industria de los superyates, en una de las principales ciudades de las islas británicas, en la que está muy a gusto.

una excursión a la capital de gales y su maravillosa bahía
idcon=12310965;order=17

Entre Brístol y Cardiff hay muy buenas comunicaciones, es una agradable excursión que permite disfrutar de la capital de Gales.

uno de los símbolos de la capital del reino unido
idcon=12310975;order=19

En la Tower Bridge, de Londres, en una visita de fin de semana con su amiga Sofía, “au pair” en Brístol, y su prima Inés, que estuvo de visita en el país.

Pescado y patatas fritas para recibir a su amiga rosa
idcon=12310983;order=21

Mamen no está sola en Brístol, cuenta con un buen círculo de jóvenes que residen como ella en esta ciudad y también son frecuentes las visitas de sus amigas de toda la vida. Un de las últimas, Rosa, con la que compartió unos “fish & chip”.

una jornada para disfrutar del agradable sol
idcon=12310991;order=23

Junto con sus amigas de Brístol, en una jornada festiva en la ciudad, en la que pudieron gozar del sol y de los muchos espacios verdes de esta parte del Reino Unido, donde hay muchos festivales.