“Agrúpate” desconoce si podrá utilizar las antiguas casillas

Las viviendas de los ferroviarios, recuerda, se habilitaron para asociaciones de salud

29 mar 2017 / 11:35 H.

Los componentes de la Federación Agrúpate están “hastiados” ante la falta de información acerca de su solicitud, con la que esperaban que se les permitiera hacer uso de las antiguas casillas de los ferroviarios situadas en el Paseo de Linarejos, junto a la Estación de Madrid.

Los ciudadanos pertenecientes a las seis asociaciones que integran Agrúpate —ACCU Jaén, VELA, Aplijer, Párkinson, Cavias y Asopedis —, vinculadas todas ellas al ámbito de la salud, aseguran que pasan por una etapa de desconocimiento e incertidumbre, que llega incluso a influir en sus actividades habituales. El problema viene por la desinformación sobre los plazos de adjudicación de una de sus últimas solicitudes: el permiso para el uso de las casillas antiguamente utilizadas por los ferroviarios de la Estación de Madrid, y que podrían servir de nuevos espacios gratuitos para las diferentes sedes de sus asociaciones.

En concreto, desde el colectivo se hizo especial hincapié en la imperiosa necesidad del uso de siete de las ocho casas que fueron reconstruidas y ambientadas para este tipo de fines a lo largo del año pasado. Así lo aseguró el alcalde, Juan Fernández, en una visita a las intervenciones en diciembre de 2015: “Apoyamos la labor de asociaciones de salud o autoayuda. Espero que a mediados del año 2016 haya una distribución racional de los espacios”. Sin embargo, la realidad es que, cuando se va a cumplir el primer trimestre de 2017, estas casas reformadas siguen sin responder a las necesidades para las que se destinaron.

Toda esta situación de malestar por parte de la Federación Agrúpate la transmite su presidenta, María Jesús Ruiz. “Entendemos que pueden surgir problemas, pero no que no se nos comunique nada. Desde el Ayuntamiento nos enseñaron las casillas para ver si cumplían las condiciones que nosotros estábamos solicitando, y así es”, explica Ruiz. Añade, además, que entregaron las solicitudes durante el plazo requerido, y que incluso estas pasaron por una comisión informativa, pero que hasta el día de hoy no han recibido todavía una respuesta.

Este hecho se une a los retrasos en los pagos de determinadas subvenciones, lo que provoca que las actividades que desarrollan los colectivos no se puedan llevar a cabo de manera adecuada. Muchos de ellos no pueden hacer frente a los alquileres de sus sedes actuales, que pueden llegar hasta los 700 euros, lo que les en muchos casos les lleva al cierre. En otros casos, diferentes asociaciones comparten un mismo espacio, tal y como informa la presidenta. “Empieza a ser una necesidad básica el hecho de tener un sitio donde poder impartir las terapias y al que los usuarios puedan acceder. Por ese motivo necesitamos una respuesta ya”, asegura.

Desde los colectivos se lamenta, por encima de todo, la falta de noticias por parte de los responsables municipales. Un problema que les impide realizar una planificación concreta de las actividades a realizar por parte de cada asociación.