Comienzo impresionante

Espectacular Domingo de Ramos con La Borriquilla y la Santa Cena

15 abr 2019 / 16:43 H.

Aunque con la vista puesta en el cielo los últimos días, cofrades y ciudadanos no tenían duda al empezar la mañana de que la primera hermandad en ver la calle saldría de forma tranquila, sin preocuparse por la lluvia. Una Semana Santa que, en principio, se prevé cálida y poco lluviosa, con algunas dudas para el Jueves y el Viernes Santo.

Las puertas de las dependencias de la Parroquia de San José Obrero, se abrían a las diez de la mañana para abrir paso al cortejo que comenzaba con la cruz de guía. La Hermandad de Nuestro Señor Jesucristo en su entrada triunfal en Jerusalén y Nuestra Señora de la Alegría comenzó el itinerario con muchas ganas, tras quedarse sin desfilar el pasado año. La gente se agolpaba en la calle con sus mejores galas para ver al Cristo de la Borriquilla y a la Señora de la Alegría, llevada a hombros de mujeres fuertes y valientes. Después de once años, por fin los hermanos ven terminada la talla del paso del Señor, un proyecto que comenzó en 2008. Del paso de palio, dos candeleros a falta de terminar también pudieron lucir de estreno a los pies de la Virgen. Puntual llegada a tribuna, a la una de la tarde, con un ambiente inmejorable en las calles. La llegada al templo fue, según lo previsto, a las tres y media.

Poco después, alrededor de las cuatro de la tarde, la banda de cabecera de la Santa Cena formaba en la calle Puente, para poner camino a la basílica de Santa María. Allí esperaban los titulares de la Hermandad de la Santa Cena Sacramental y Nuestra Señora de la Paz, que hicieron su salida a las cinco de la tarde. Estrenos en ambos pasos, ya que la Virgen pudo lucir sus nuevas bambalinas laterales, que darían por completado el palio, y la segunda fila de candelabros. Para el Cristo se estrenaron faldillas y los tiradores del paso. El libro de reglas también se ha hecho nuevo, así como dos incensarios y un cuerpo de ciriales. Su llegada a tribuna estaba prevista para las ocho y veinticinco de la tarde, como así lo corroboró el “vocal de día” encargado. La carrera oficial estaba repleta de gente con los últimos rayos de luz, para abrir paso a la noche y el último tramo de esta salida procesional. Como novedad en el itinerario, destacó el paso por las calles Teniente Ochoa y Cánovas del Castillo, lugares donde esta cofradía lució al máximo, como tuvieron ocasión de comprobar los linarenses y los visitantes que veían el cortejo pasar. La vuelta a casa estaba cerca y fue pasadas las once de la noche cuando, por la cuesta de Santa María, se puso camino al templo.