Satisfechos de que el polvorín no pase a manos privadas
Satisfechos de que finalmente el polvorín de Vadollano no se venda. Así se muestran desde el PSOE, según explicó el concejal de Gobernación, Interior, Economía y Hacienda, Luis Moya, tras conocer la determinación de que el Ministerio de Defensa lo ha retirado de su catálogo de venta. “Sabíamos que realmente era complicado que culminaran con éxito la venta, porque se trata de unas instalaciones amplias, de las que gran parte se encuentran catalogadas como de especial conservación medioambiental”, manifestó al respecto.
Aun así, y aunque reconocen la labor para que finalmente el polvorín no pase a manos privadas y se le pueda dar otros usos, recriminan al Ministerio el estado en el que se encuentran las instalaciones desde que se procediera a su cierre a finales del pasado 2012. “La verdad es que es una pena que unas instalaciones que se encontraban en uso, por desidia del Ministerio, estén a día de hoy inservibles, con lo que para ponerlas de nuevo en funcionamiento la inversión que tendrán que acometer será cuantiosa”, reconoció el concejal.
Por su parte, afectados por el cierre no daban crédito a la noticia, que llega más de dos años y medio después de que ocuparan sus nuevos destinos. La consideran positiva, según uno de los consultados por este periódico, aunque la toman con cautela a la espera de conocer los futuros usos que tendrán las instalaciones. Y es que, en este punto, el subdelegado del Gobierno en Jaén, Juan Lillo, afirma que todavía se desconoce la posible utilidad de las instalaciones: “Lo que nosotros solicitamos era que el Ejército no se desvinculara de la provincia de Jaén una vez que conocimos la intención de enajenarlo, por lo que si no lo venden hay alguna posibilidad en ese sentido”. De esta forma, se estudian las posibilidades que ofrece el destacamento, ubicado en el término municipal de Linares, para una zona que Juan Lillo califica de estratégica, “lo que hace más que viable su revitalización”.
Un paso importante, así, para devolver a la ciudad una actividad que en su opinión no debería haber cerrado. “Hicimos lo posible y lo imposible una vez que conocimos la decisión, pero ya cuesta mucho trabajo”. Una decisión tomada con motivo de la reestructuración realizada por Defensa, y que acabó con el mayor depósito de explosivos, armamento y munición del país, que daba empleo directo a más de un centenar de familias e indirecto a casi doscientas, con el consiguiente perjuicio económico para la ciudad.