Proyecto Arrayanes logra el sellado de doscientos pozos
El colectivo trabaja a diario para localizar los lugares más peligrosos
Papel imprescindible en el patrimonio minero es el que realiza el colectivo Proyecto Arrayanes, un grupo que trata de mantener la arquitectura minera y, a su vez, hacer cada vez más seguro el entorno y los alrededores de los caminos orientados al senderismo y al paseo, habilitados para los ciudadanos.
El accidente del pequeño Julen puso en alerta a los municipios, pero lo cierto es que en Linares ya se trabajaba en la seguridad de los pozos mineros desde hace varios años. Todo comenzó cuando se habilitaron los caminos para el senderismo. Un total de sesenta vías se adecuaron entre los años 2002 y 2004. Una vez finalizado, comenzó a ser visible el peligro de los pozos cercanos a los caminos, ya que suponían un riesgo para quienes pudiesen salir del sendero establecido. De esta forma, el colectivo Arrayanes se puso en contacto con el organismo pertinente de la Junta de Andalucía, para que se hicieran cargo del sellado de los hoyos que suponían un mayor peligro para los viandantes, bien por cercanía o por tamaño.
El primer paso fue concienciar a la ciudadanía del peligro que conllevaba salir de los caminos establecidos. Afortunadamente, no se ha lamentado ningún accidente al respecto. El segundo paso fue el comienzo de los sellados, en el año 2010. Un año antes, empezaron las primeras denuncias de ciudadanos o propietarios de terrenos colindantes, advirtiendo del riesgo. Algunos de los dueños de tierras mineras procedieron a la clausura de los pozos de forma independiente, no obstante, siempre de una forma más rudimentaria y menos segura. Lo correcto es, según los expertos, que se inserten unas vigas de seguridad y una cubierta metálica, lo que hace la Junta.
Linares es un ciudad repleta de minas, con multitud de pozos cada una de ellas. Los miembros del colectivo aseguran que hay más de 1.000. Hasta ahora, han sido algo más de 200 pozos los que se han sellado desde la Administración. El trabajo continúa y se siguen enviando propuestas de los lugares más peligrosos y urgentes para intervenir. La última contabilizó 70. Algunos de ellos tiene un diámetro de hasta ocho metros y otros se han hundido, provocando un desnivel importante del terreno.
Los profesionales en la materia consideran más peligrosos los que tienen menor diámetro, ya que no se ven con tanta facilidad y, además, suelen estar tapados por la maleza. En estos se hace especial hincapié y se les da prioridad. Los de mayor tamaño suelen verse con más facilidad desde una distancia mayor, sin embargo los pequeños pueden pasar casi desapercibidos.
Proyecto Arrayanes se dedica a la catalogación y, después, a su análisis. Algo que se trabajó intensamente entre los años 2002 y 2008, para así informar a la Junta. Aseguran que el tema del vandalismo es un problema en la ciudad, ya que puede ver mermado el trabajo de las administraciones. En varios lugares ya sellados han sustraído vigas y material, lo que supone un riesgo extra para el entorno. Otros clausuras que ya estaban realizadas han sido mejoradas, como es el caso del pozo de San Vicente, que solo lo cubría una chapa que la gente levantaba para arrojar piedras, o el de San Guillermo. Ambas instalaciones ya están mejoradas por seguridad.
El colectivo Proyecto Arrayanes sigue su tarea para garantizar la seguridad y fomentar el aprendizaje y el respeto al patrimonio minero, al que hacen un llamamiento para que sea valorado por los vecinos.
El colectivo Proyecto Arrayanes promueve periódicamente una serie de rutas deportivas, que tienen una doble vertiente. Por un lado, el conocimiento del patrimonio minero y los diferentes enclaves. Por el otro, la práctica senderista y el fomento del deporte sin necesidad de salir de nuestro entorno. Ya son seis las ediciones realizadas de la actividad “Un millón de pasos por nuestro patrimonio minero”.
Para completar este hábito hacia el deporte, se han realizado ya cinco ediciones de “Minas de Luna Llena”, donde se desarrollan rutas nocturnas a diferentes lugares. En dos ocasiones fue a la fundición La Cruz, para disfrutar de un espectáculo flamenco y, el año posterior, un visionado de estrellas y de la luna.
El pasado mes de septiembre se realizó una nueva edición, en esta ocasión a la mina de Los Lores, en la que se realizó una representación teatral y musical, con la colaboración de los alumnos y alumnas del Instituto Santa Engracia, que recreó de forma muy real el ambiente de la época, con actuaciones flamencas y con multitud de personas caracterizadas, que quisieron participar y formar parte, por un día, de la antigua ciudad en la que las minas estaban a pleno rendimiento.