Un cumpleaños muy especial

Encarna Solana celebra sus 100 años con los vecinos de La Vega

09 dic 2018 / 11:09 H.

Encarnación Solana Donato cumple 100 años junto con familiares y amigos. Nació en el municipio granadino de Olivares de Moclín. A principios de 1949, se trasladó al cortijo de La Vega de Santa María, para explotar el terreno de cerca. En Granada, trabajó en un negocio familiar de alimentación y, posteriormente, despachó pan. Al llegar a Linares ya tenía a tres de sus seis hijos y tuvo que dedicarse “a ellos y a su casa”, donde también tenía ganado. La experiencia de Solana en la Ciudad de las Minas es amplia. Muchos son los momentos vividos por ella en La Vega, puesto que, por ejemplo, años después de su llegada a Linares, la sequía propició la actuación del Instituto Nacional de Colonización, que se encargó de hacer el pago de las tierras a los propietarios iniciales para que ellos pudieran hacerlo mas cómodamente por plazos.

Una mujer agradable y sensata, dice vivir muy feliz junto a su familia y amigos: “No me gusta discutir ni enfadarme con nadie, conozco a mucha gente y no me llevo mal con ninguno. Al contrario, les ayudo en todo lo que puedo. A mis hijos no quiero darles disgustos y si me duele algo me tomo mis medicamentos y aguanto, porque el dolor tengo que pasarlo yo y ellos no pueden hacer nada”. A pesar de su centenar de años, es una señora muy activa, le gusta hacer ganchillo, leer y ver la televisión. Tiene algunas dolencias leves como la artrosis, pero hace una vida completa y normal. Acude asiduamente a las convivencias organizadas por la asociación de vecinos. Ahora vive con sus hijos, pero pasa largos ratos en su casa. Asegura que todavía podría vivir sola, ya que sus hijos también residen en La Vega, pero ellos están “más tranquilos” si la tienen cerca.

Encarnación tiene trece nietos y diez biznietos, por eso, no tenían espacio para juntar a toda la familia. En principio, celebraban la Navidad juntos, pero fue al cumplir noventa años cuando comenzó a pedir permiso a la asociación de vecinos para celebrar allí su cumpleaños, así que comenzó a ser una fecha en la que se reunía toda la familia. Siempre decía que si llegaba a los cien años, invitaría a todo el mundo a la celebración, pero ha sido el barrio el que ha querido rendirle un homenaje. Cuando comenzó a invitar a gente no tenía idea de la magnitud del cumpleaños, que juntó a casi 200 personas. “Yo no pensaba que iban a ser tantos, pero de lo que hay, que coma todo el mundo”, aseguró. Ella dijo a sus familiares de fuera de Linares que no era necesario que viniesen, puesto que muchos también son de avanzada edad, pero ellos quisieron acudir desde Granada y Sevilla a esta cita tan especial.

Parte fundamental en su vida son sus nietos y biznietos, a los que dice ver muy a menudo, ya que siempre quieren conocer historias de su pasado y curiosidades. Sin duda, a Encarnación aun le queda mucho tiempo del que disfrutar en compañía de sus allegados. Un ejemplo a seguir en cuanto a personalidad y compromiso con el entorno en el que vive.