1 y 1 no son 3, diría Antonio Mata

El “señor Jota” refresca la memoria: “Ahora vienen a decirnos que 1 y 1 son 3, qué cosas tiene la vida que a la fuerza hay que creer” >> Lo escribió Antonio Mata y parece de ahora mismo

27 ago 2017 / 11:04 H.

Puede ser el poeta más genial de Jaén, quien más música dibujó con sus maravillosos escritos, un cantautor de vanguardia a quien se le escapó la efímera fama y entró en la caverna de la incomprensión, más el olvido jaenero; tan clásico, tan recurrente, tan puñetero ese ADN cainita en la tierra del Santo Rostro de hacer leña del árbol caído. Antonio Mata era un pudoroso cantor de la vida que lo mismo le componía letras a Miguel Ríos, que fraguaba movimientos en pos de la cultura en una Andalucía de señoritos y pandereta, la de los años 60. El “señor Jota” quiere escribirles este final de mes de un olvidado; ni proscrito ni desterrado, un olvidado para la cultura oficial de Jaén. Olvidado y punto, no tenido en cuenta, nada más, nada menos. La Santa Inquisición cultureta, que con sabrosas dádivas compra versos y despide altiva a quienes no maman del pesebre, puede estar tranquila. Con él ni se pasó ni se quedó corta. “Ahora vienen a decirnos que 1 y 1 son 3, qué cosas tiene la vida que a la fuerza hay que creer”. Lo escribió Antonio Mata en plena efervescencia democrática, cuando España despedía lo añejo y daba paso a lo nuevo, también a lo nuevo con la chaqueta y la camisa azul de siempre. Iconoclasta y descreído, nuestro poeta olvidado lanzaba dardos en forma de estrofas y ensimismado en su mundo interior, tan igual al Jaén eterno que calla y no explota, a ese Jaén perpetuo que resiste lo que le echen en desprecio y en falsos presupuestos, bordaba lo que escribía a borbotones de realidad: “Me plantaron en los campos / y con noches me regaron / por eso crecía entre olivos / y entre sueños muy tempranos”. Yo soy del Sur es suya, una canción de Antonio que el “señor Jota” la tiene tatuada en la piel de la vida: “Yo soy así, solitario y gris, errante nada más. Yo soy así, sombra de mi noche, tierra sin labrar. Yo soy así, piedra del camino, monte, verso y mar”. Sublime, maravilloso cantar: “Que yo soy del sur / y tengo en mi tierra seca / sementeras olvidadas / que dan frutos de ilusiones / aradas con la esperanza”. Así escribía Antonio Mata, y lo mismo le componía “Hijos del agobio” a Triana que musicaba con Carlos Cano: “Eso lo digo yo, / que te conozco bien andaluz, / la que no te parió, te parió, / eso lo digo yo. / La que no te soñó, te escupió, / eso lo digo yo, / que te conozco bien andaluz, / eso lo digo yo.” Qué letras de terciopelo con espinas, qué manera de descarnar una tierra y a sus moradores... Si quienes hoy viven mejor es quienes tienen memoria de pez, si quienes trepan mejor es quienes hacen del facebook un mercadillo de asqueroso peloteo a los dirigentes del partido, del barrio, del equipo de postín, el “señor Jota” se queda con la dignididad inquebrantable y desarmada de Antonio. En el tiempo de la posverdad y las trincheras, el “señor Jota” se rinde y vuelve melancólico a la poesía de Antonio Mata: “Yo vengo del silencio, / vengo del miedo y del secano, / traigo los ojos tristes / y firme el paso. / He dejado mi casa / quiero vivir en libertad / con mis hermanos”.